miércoles, 9 de junio de 2010
HUELGA GENERAL DE FUNCIONARIOS.
Rafael del Barco Carreras
9-06-10. La primera huelga de que soy consciente, la de usuarios de los tranvías de Barcelona. Debía ser por 1956, bajaba yo del barco procedente de Palma de Mallorca, y diría que era el 29 que me dejaría en la Plaza Universidad. Iba vacío. En el trayecto me abuchearon, pero hasta que llegué a casa no entendí que se me dirigieran, e ignoro si comprendí lo que en casa me explicaron. Debió ser la primera vez en mi vida que tomaba conciencia de la palabra huelga. No fueron demasiados los que me increparon, pero recuerdo la imagen. Tenía 16 años.
Ahora entiendo que aquello si era una HUELGA, no recuerdo si fue por subir 5 céntimos el precio del tranvía, 0.25 pesetas, o el del pan, que también provocó algunos altercados por entonces. Huelgas que salían del corazón, muy peligrosas, los grises no iban de broma. Ahora me pregunto si la palabra “huelga” puede definir la parodia actual y la realidad de entonces.
Unos sindicatos, ¡grandes cuentistas!, que se proclaman “herederos e inspiradores de aquellas huelgas”, ¡qué fácil es atribuirse y apropiarse del dolor ajeno!, convocan la de funcionarios públicos porque les han bajado el 5% el sueldo. Quizá por algo parecido hubieran aparecido muertos por las calles de Barcelona. Franco jamás se hubiera atrevido a semejante ultraje, ¡bajar los sueldos, impensable! Porque a mi entender es más un ultraje que una medida aprovechable. Ese 5%, un grano de arena en el desierto de la quebrada España.
Y aquí he de añadir, ¡se lo merecen!, y que por mí ¡como si los despiden a todos! El funcionariado español es la pura esencia de aquel franquismo, incluidos estos sindicatos que son lo más parecido a aquellos verticales de funcionarios a sueldo del Régimen. Y a los que me insulten, ya les anticipo la contestación, como en mi adolescencia, ni me afectará ni seré consciente. He tratado con tantos y de tantos departamentos del Estado, y tan negativo en general el resultado, que no puedo por menos que alegrarme de sus desgracias profesionales.
Tenía programado un pequeño viaje y lo adelanté al lunes. A unas horas de salir del juicio por la corrupción en la Hacienda de Barcelona, cogí un autobús. Lo adelanté porque no quería sentirme vejado una vez más en honor y a favor de los funcionarios públicos. Gentes de las que solo he recibido desprecio, incomodidad y vejaciones. Que jamás me han aplicado, no ya algún favor, sino la parte legal más beneficiosa, y ni aun cuando obligado me he visto forzado a lo que llaman soborno, y yo “extorsión”, ha cambiado mi parecer, peor, porque pagar por lo que uno tiene derecho, es más vejación.
En fin, ¡no caerá la breva de que despidan el millón que sobra!
20MINUTOS
Gritos de "huelga general" en las manifestaciones del paro de funcionarios
• Manifestaciones en varias ciudades por el paro de funcionarios.
• Los sindicatos cifran el paro en un 75%, el Gobierno en un 11%.
• ENCUESTA: ¿Es el momento de convocar una huelga general?
IDEAL
Cincuenta vehículos 'calientan' la huelga general de funcionarios
El paro, convocado para hoy, afectará a las administraciones públicas que funcionarán con servicios mínimos
Los sindicatos CC OO, UGT y CSI-F organizaron ayer una caravana de vehículos para protestar contra el recién aprobado decreto que tiene como objetivo reducir la deuda, pero que ha conllevado, entre otras cosas, a la reducción sobre un 5% de los sueldos de los trabajadores públicos . Las organizaciones sindicales recorrieron las principales calles de la capital almeriense para dar a conocer sus reivindicación y de alguna forma, calentar motores de lo que hoy se vive en todo el territorio español, que es una huelga general de la plantilla de funcionarios de las distintas administraciones
EL REPUBLICANO DIGITAL
Publicado por Mike
FRACASO DE LA HUELGA GENERAL DE FUNCIONARIOS
En mi opinión, el resultado de la huelga general de funcionarios convocada para hoy por los sindicatos estaba abocada al fracaso desde que los líderes sindicales decidieron tenerla en cuenta como herramienta de presión contra el gobierno de Zapatero.
No lo digo tanto por los resultados de participación. Si bien he visto en muchas ocasiones cómo los organizadores de huelgas ofrecían estadísticas de participación muy distantes en número a los datos publicados por las instituciones, las comparaciones de hoy son escandalosas: según sindicatos, 70% de participación. Según datos oficiales, 15%.
Me refiero al fracaso absoluto por varios motivos.
Según palabras de Labordeta, izquierdista aragonés subido a los altares, y no solo por la progresía, los sindicatos estuvieron callados mientras el paro crecía. Jamás hubiese creído capaz a Labordeta, conociendo su trayectoria, de declarar semejante verdad, tan descriptiva de la inutilidad y el servilismo de los sindicatos españoles hacia el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero. Sin embargo, la masa sindical obediente a los dictados de sus jefes parece tener asumido que el papel sindical ha sido digno durante estos años de crisis. Un manifestante, con pancarta y vestimenta acorde al festival sindicalista de hoy, ha dicho a un reportero del canal Veo7: “nos manifestamos por dignidad”. Qué barata y elástica ha venido a ser la dignidad sindical…
El fracaso de esta huelga general de funcionarios se ha dado también por el solo hecho de hacerse realidad. Supongo que, a estas alturas, a Candido Méndez y a Fernández Toxo poco les debe importar la imagen pública del funcionariado. Hoy he escuchado un par de conversaciones en el transporte público y otra más mientras esperaba en un paso de peatones. Ninguna fue a favor de los funcionarios, precisamente. Omitiré citar los calificativos que he oído en dichas charlas. La mala fama sindical, esa mala fama de vendidos al poder político que han ganado a pulso desde el inicio de la crisis y las primeras movilizaciones de trabajadores afectados, parece haberse filtrado a la apreciación general, ya desfavorable que de los funcionarios, como colectivo, tiene la ciudadanía.
Aquí, en Zaragoza, en la zona centro de la ciudad, no se respiraba ambiente de huelga en absoluto. En el instituto donde estudia mi hija el único que no acudió a su puesto de trabajo fue el conserje. En los centros donde sí han secundado la huelga algunos trabajadores parecía un día absolutamente normal. Ni consignas sindicales, ni banderitas, ni carteles. Tengo entendido que una manifestación realmente pequeña ha recorrido algunas calles de la ciudad, sin apenas poder de convocatoria.
¿Esta era la prueba cuyos resultados esperaban los sindicatos para valorar la posibilidad de convocar una huelga general? Pues ahí la tienen. Desgraciadamente, nadie más parece tener los arrestos suficientes para liderar a la sociedad civil en una protesta, que debería ser social y también fiscal, contra este gobierno calamitoso, sus manipulados sindicatos y, por extensión, contra la práctica totalidad de la casta política que vive de nuestros impuestos en este fracasado estado de autonomías, escandaloso gasto público y protector de cierta casta política y funcionaria no productiva intocable.
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1 comentario:
No conozco su trayectoria, pero está claro que desprecia a los funcionarios de una forma irracional, quizá generalizando alguna experiencia desagradable con un funcionario "burócrata".
¿Olvida que son funcionarios los médicos y otros sanitarios que velan por su salud, los profersores de sus hijos -si los tiene-, quizá sus antiguos maestros, y los policías que velan por su seguridad?
Si tampoco valora a esos servidores públicos, supongo que siempre habrá tenido dinero de sobra para tener todos esos servicios de manera privada. No tengo nada que decir sobre su vida, si ese es el caso, pero al menos recuerde que la mayoría de las personas no son tan afortunadas como usted.
España, por suerte, tiene un sistema redistributivo y unos servicios públicos de bastante calidad, aunque no libres de defectos. ESO es lo que muchos funcionarios y no funcionarios defendemos, además de nuestro sueldo: SERVICIOS PÚBLICOS PARA TODOS, financiados con los impuestos de todos, y basados en el trabajo de servidores públicos que han demostrado su mérito y capacidad para realizarlos.
Los fallos de este sistema no nos deben llevar a despreciarlo, sino a exigir su mejora.
En cualquier caso, independientemente de la opinión personal de cada uno, algunas de sus afirmaciones las considero ofensivas e irrespetuosas. Si Vd. desprecia a tantas personas honradas de ese modo, es lógico que reciba desprecio a cambio...
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