Rafael del Barco Carreras
Acabado el año con JUICIOS, y comenzado con JUECES, continuaré con más sobre JUSTICIA, recomendando la lectura de www.ramonmacia.com escrito por un ex magistrado que tras veinte años de profesión, y “jubilado” muy joven, suelta alguna perla digna del ambiente.
En VIC, incluido en mi escrito del 1-01-10 sobre el juez Adolfo Fernández Oubiña, se descubre otra víctima, del que un allegado escribe: “El juez Ramón Macià Gómez destapó una “olla” de corrupción que otros jueces no se atrevieron. Unos años mas tarde el mismo juez como sustituto, por vacaciones, del juez Luis Pascual Estevill destapaba el tinglado del juzgado de Instrucción nº 26 de Barcelona. A Luis Pascual Estevill le sentó tan mal la denuncia del juez sustituto que, en un ataque de cólera, lo acusó de “borracho, depresivo y mentiroso”. Lo corrupto no es que Pascual achacara esas virtudes, es que sus colegas se añadieran en defensa de la “profesión”.
Filosofar sobre la JUSTICIA ha sido un entretenimiento de mentes tan preclaras desde los tiempos de ROMA y su Derecho Romano, o antes los griegos con su DEMOCRACIA, que no me atrevo ni a escribir la palabra en mayúscula, pero si reduzco la gran ilusión humana, la JUSTICIA, a cómo se ha impartido en Barcelona, alcanzo los límites de la hipocresía degenerativa.
Ya sé que Derecho y Justicia son dos abstracciones no coincidentes, pero ya que aquí las monopolizan las mismas “preclaras mentes” (18.000 abogados colegiados, la ciudad con más letrados metro cuadrado del Mundo) formando un incesto, una endogamia amoral, una “falsedad ideológica” (mamarrachada que me aplicó el Juez Miranda de Dios), o una PROFESIÓN sin control e intervención ajena, y por tanto conducida a la GRAN CORRUPCIÓN. Encima la profesión domina la Política. Y si algo intuimos (por sus resultados) sobre ese particular MUNDO, y si incluso alguno de ellos ha sido condenado por otros de sus colegas, más que por JUSTICIA lo ha sido por “disidencias internas”, por Política. Escasas disidencias en Barcelona, de hecho UNA, significativa por su terrible gravedad, Luis Pascual Estevill (y más terrible su escasa condena), y en cuya caída entra más en juego el dominio en CGPJ que las muchas denuncias de sus víctimas, o incluso que lo supiera el TODO BARCELONA. Leer al poco creíble pero documentado periodista Oriol Malló en “Seréis como dioses”, libro que sin duda escribió al dictado de propio Pascual, resulta vomitivo.
Un Régimen no cambia si no cambian sus JUECES Y FISCALES, y los de Franco continuaron hasta jubilarse (por desgracia aun los hay en activo y desde luego continúa su idiosincrasia, su escuela, sus maneras) y si se consultaran registros de la Propiedad, o herencias, nos mostrarían la gran capacidad de esa profesión para acumular fortunas. Conozco cuartas generaciones que se despedazan por reparto de fincas y las pocas joyas u obras de arte que han permanecido unidas tras varios repartos. En una, los quince biznietos de un presidente de la Audiencia de Barcelona de “antes de la guerra” ignoran hasta el nombre de la hormiguita acumuladora. Una criada de más de noventa años amancebada de por vida con uno de los abuelos “señoritos”, muerto antes que Franco, lo cuenta sin recato, aunque nadie escucha las chocheces que a mí me encantan. En honor de esa familia he de decir que la mantienen en una carísima residencia geriátrica.
Dice el escritor de Vic sobre Ramón Maciá Gómez… “otros jueces no se atrevieron…”, expresión tan terrible como la muerte del oficial de Justicia oportunamente atropellado por un tren, o el muy citado en “Barcelona, 30 años de corrupción” abogado Carlos Obregón sobreviviendo a un disparo y varios incendios en su despacho, donde además defecaron en su toga, marca mafiosa, y la amenaza con pintadas en la puerta del domicilio de la madre del ingeniero Luis Toribio Troyano, ver en su web www.legitimidad.com …
El día 7 se reanuda el JUICIO a la corrupción en Hacienda, con un juez de testigo…
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