MÁLAGA, MADRID O BARCELONA
Y LA CAPITAL EUROPEA DEL NARCOTRÁFICO
Rafael del Barco Carreras
La noticia, 12-3-08, no centra a Málaga como la capital europea de la droga pero si de una mecánica ya vieja de las “mafias policiales”. El “modus operandi” es viejo aunque solo en los últimos años aflore en la prensa, y ¡es qué se pasan!. Ganan tanto dinero estrujando a los desgraciados del narcotráfico que sus fortunas y vida golfa asoman a la descarada. Nada menos que detenido el “FREDY”, jefe de la UDYCO, Delincuencia y Crimen Organizado, ¡y tan organizado!. Lo mismo el caso Malaya, Marbella con Muñoz y Roca, muñendo la Corrupción Urbanística, que la operación Ballena Blanca, con narcotraficantes, camellos, consumidores, indocumentados, y casas de putas.
No discutiré si Madrid o Barcelona es la Capital de Europa del narcotráfico, las ciudades en eso se complementan a la perfección, pero si es indiscutible la “presencia oficial” en el narcotráfico, al igual que en el Franquismo en el 100% de la prohibida prostitución mostrada en miles de barras de bares y “americanas”. O sea, poco ha cambiado la España de entonces a no ser en la rentabilidad de la actividad mafiosa o delictiva y crecimiento respecto a Europa.
Y surge tantas veces la noticia de ayer que no me discutirá nadie lo escrito sobre la idiosincrasia de la “mafia española”, o sea, del mundo del delito, en mi escrito “Las Torres KIO y Cambio 16”: “El organigrama siempre el mismo, en la cúspide un Poder, funcionario o político, coordinado con bufetes, gestorías o consultings, y de base, los soldaditos que a menudo ni saben para quien trabajan, o quién les estrujará. Existe la variante de que el segundo escalón domine al primero. Los sobornos crean dependencia material y moral, y el terrible miedo, terror, del sobornado que le hará depender de por vida del sobornador. Desde la prostitución al blanqueo y narcotráfico, o la obtención de cualquier beneficio, permiso o simple arbitrariedad funcionarial y política. Todos los “grandes y medianos casos” encajan en tan simple definición, los demás son siempre de desgraciados marginales que apenas subsisten y en su gran mayoría chivatos, confidentes y carne de cañón”.
Pero mi escrito de fecha 11-3 se queda corto, y viene a cuento repetir el de julio del pasado año, porque además entonces mis pataleos (bilis y resentimiento me añaden los comentaristas) se iniciaban en INTERNET y www.lagrancorrupcion,com, y poco o nada se esparció.
LA COCAINA Y BARCELONA. Detenido el Subdelegado del Gobierno, Eduard Planells, y dos de sus empleados. El mismo día, nombramiento por Celestí Gorbacho, el famoso alcalde de Hospitalet y actual presidente de la Diputación de Barcelona, de Anna Hernández, esposa de Joseph Montilla, como “cap” de Infraestructuras, Urbanización y Vivienda, ¡casi nada!. Y con la detención del alto cargo de la Generalitat por pedófilo…una semana al completo.
La gente normal, la buena gente, la mayoría de los barceloneses, se sorprenden ahora de que esa barbaridad forme parte de su entorno. Convencidos que era cosa de gentuza viciosa y marginal. De golpe oyen terribles historias de conocidos, o sufren cerca de su casa el consumo y tráfico. Mis íntimos me escuchaban hace veinticinco años, o diez, y hasta cinco, incrédulos. Fantasías o erróneas interpretaciones por demasiada cárcel. Una vez se me ocurrió puntualizar por el olor que los hijos de unos amigos fumaban porros, y casi me fulminan. Me tacharon de réprobo absoluto, yo que ni fumo, solo tomo vino en las comidas, y de esnifar, ni “vicios” por el estilo, jamás, por más que lo dicte una sentencia, sus señorías prevaricaron por corruptos o falsas deducciones (pudiéndose demostrar muy fácil pasados veinticuatro años). Admití que quizá fuera un error, o tabaco de pipa holandés.
Diría, después de largas conversaciones de celda, y profundo conocimiento de mi ciudad, que la cocaína se introdujo con empuje por los años 60 con la llamada “gauche divine” y la calle Tusset. Los esnobs del intelectualismo, la gente guapa, los buenos negocios del desarrollismo a partir del 59, abrieron los guetos de los ricos de siempre, ya superado el estraperlo y los “cupos”, estilo Rigat y pocos cabarets y clubs, creando los rincones tipo “Coba del Drach”, el Coupé 77, o el summun, Bocaccio y Up & Down (comprado por De la Rosa), donde lo “moderno” y superarse en ingenio obligaba “esnifar”. Y los vividores o arruinados por la apertura del mercado descubrieron el negocio del siglo. Los primeros vendedores se revestían de amigos, “gente puesta”, invitando las más de las veces. Una época de sudamericanos intelectuales huyendo de las dictaduras. Y de los 70 a los 80, aun la ciudad en plena crisis petrolera del 73 y la muerte de Franco, eclosionó el negocio rompiendo moldes. El hachís, de los legionarios a los clanes gitanos, extendiéndose desde el Chino a los demás barrios, coreado por la moda existencialista y hippie, donde la heroína antes que la cocaína destrozó familias y la delincuencia marginal. Y se iniciaron los marroquíes, a la par que sudamericanos, sustituyendo los camiones de celulosa gallega por los envíos desde Sudamérica con todas las fórmulas imaginables. Y hoy, en pisos del Ensanche, funcionan los laboratorios. Una evolución rápida, como corta es la vida del pequeño narcotraficante. Y en medio de la anarquía y la sustitución de los naturales por foráneos, o revueltos unos con otros, entra un factor cuya incidencia nadie ha estudiado. La Policía o Guardia Civil. De la represión y corrupción franquista, dominando la prohibida y muy activa a simple vista prostitución, se pasa de lleno, cuando la “despenalización” o su crisis del 80 por el “Sida”, a las “protecciones y asociaciones” con todo tipo de “narcos”, o la “patada en la puerta” apropiándose de lo decomisado. Así en Barcelona, Cataluña y España, no se reparten las zonas, barrios o locales por un “sanedrín mafioso”, tras las consiguientes guerras entre clanes, sino por la incidencia policial. Se detendrá, y no traficará quien no esté bajo alguna corrupta protección, al igual que en tiempos de la pública clandestina prostitución, y antes el estraperlo y contrabando. El colmo de la perversión intelectual que ciertos policías declaren sin rubor que pagan con droga a sus confidentes.
Así en el 92 conozco en la cárcel al alcalde de CIU de un pueblo cercano, Abel y su socio Paco, que desde un taller de Bellbitge inundan el Baix Llobregat de heroína traída de Ámsterdam (la tailandesa se sustituyó por la afganesa de los turcos, asiáticos y gente del Este con sede en Barcelona). Según la gran fotografía exposición en La Vanguardia les decomisan no menos de 300 millones de dinero y mercancía, desaparecidos entre la detención y el juicio, y condenados a doce años por solo un kilo de heroína (librando a sus encarceladas esposas). Ver La Vanguardia en enero de 1992 y preguntar en la Cárcel de Brians, 1994, de donde saldrá, solo el alcalde, a los dos años en tercer grado. Lo de liberar a narcotraficantes con “posibles”, se repetirá. Y como colofón de la gran entrega de las fuerzas del orden y ya añadiendo “mossos de escuadra”, en el 2005 desaparecen 500 kilos de cocaína (2.500 millones de pesetas al mayor) de un container del puerto vigilado por expresa recomendación de la DEA americana, pretendiendo coger in fraganti a los destinatarios. No se publicará que en ciertas comisarías, un ejemplo Hospitalet, estaban expedientados la mitad de los efectivos antes de ser sustituidos por los Mossos de Escuadra. Y repito, cientos de abogados al servicio de tan inmenso mercado, desde los que cobran “servicios jurídicos” con cocaína hasta los que “ignorando” la actividad de sus clientes montan redes de “sociedades”, ONG y fundaciones conectadas con todo el Mundo, y blanquean por miles de millones DE EUROS. Piqué Vidal (el abogado de Pujol), cien abogados (el bufete de “La Tapadera” es más modesto), presuntamente blanquea una operación descubierta en Rubí de 2.000 kilos de cocaína de unos mejicanos, y antes con otros brasileños, y crea sociedades para rusos, ¡o de donde vengan!. El traje al completo, desde la identificación y residencia, a la estructura fiscal y financiera. Hoy las operaciones de menos de 1.000 kilos de hachís apenas se publican, y las de menos de 100 de cocaína, 500.000.000 de pesetas, precio al mayor, ni se consideran. Y se detienen a 20 o 30 mafiosos del Este y a sus testaferros españoles con cientos de sociedades y cuentas en Andorra, una semana antes al propio Piqué Vidal, y dos años después al Subdelegado del Gobierno, y los dos puestos de inmediato en libertad sin fianza. ¡Pero, ojo al dato, por orden de la Audiencia Nacional desde Madrid!, sin denuncias locales a gente viviendo en palacetes de Pedralbes. La tan vilipendiada ITALIA se queda corta en Corrupción, y quizá se alcance a MÉXICO, aunque con mejor farisaica cobertura, rogando que la sangre no corra como allí. Barcelona ha superado en mucho las tradicionales Marsella, Nápoles, Palermo y Calabria. Ahora, estas ciudades, con Lión, París, Hamburgo, Berlín, Milán o Roma, y hasta Moscú, son sus clientes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario