"No acepto que todos los males de Catalunya sean culpa del anterior Govern"
Rafael del Barco Carreras
Barcelona 17-12-2011. Montilla tiene razón. Entre los asistentes, Narcís Serra y Manuel Chaves, y si a su lado hubiera asistido de oyente Jordi Pujol, la “culpa” se podría resumir en 32 años de expolio. De la formación de una clase o casta político-financiera que se ha enriquecido en blanco y negro a niveles inimaginables, sin freno ni más estadística que la tenencia junto a España del mayor contingente de la Eurozona de billetes de 500 €, un cuarto del total. Siempre sumando, cada lustro sueldos y dietas dobladas, cada diez años las cifras de la especulación, léase inmobiliarias, triplicadas, y la Gran Corrupción sin freno. En Diagonal Mar se ofrecen y sobran áticos nuevos a 3.000.000 €.
En el panorama de desgracias repito no falta nada: los mejores y mayores puticlubs de Europa, la mejor y más abundante cocaína sudamericana o hachís marroquí, la más completa red al mayor y menor de narcotráfico y blanqueo, millones de sin papeles o con ellos por las calles, y de remate el expolio hasta la quiebra total de las cajas de ahorros y de todo presupuesto público.
32 años desarrollando un estado dentro del originario franquista, con la misma idiosincrasia de obediencia al jefe correspondiente, de reyezuelos y sus cortes, que en este momento con unos 260.000 funcionarios y una deuda de 47.000 millones de euros (cifras publicadas pero que la Crisis descubre dudosas) padece un inicial catastrófico reajuste, y a sumar en reajuste y recortes los funcionarios y organismos o empresas, los prácticos monopolios, del Estado Central o por libre, solapándose, y de siempre los dos compitiendo en corrupción y porcentaje en negro. Un amelé inclasificable, único como esquema político
El 64% de los delegados aprueban la gestión de Montilla, el 22% se opone y el 13% se abstiene. Otra comedia democrática, de una Democracia tan particular que echa en 2004 a los corruptos de CIU, cuando “oficialmente” no se ha iniciado la Crisis ni existe la Burbuja Inmobiliaria, para instaurar otros, el PSC y los llamados más progresistas de la izquierda, que ya habían demostrado en sus municipios, diputaciones y comarcas, y cientos de sociedades inmobiliarias municipales, privadas o parapúblicas, tanta o más capacidad de corrupción que sus oponentes, surgiendo el engendro del Tripartito; más cargos políticos, mas funcionarios con oposiciones amañadas, el no va más de la Gran Corrupción.
Desmontar 32 años resulta casi imposible; los recortes se han iniciado con la oposición de los mismos que montaron o ayudaron al gran fiasco, y esa catarsis que publican sus voceras de la Prensa y Tele (parte indispensable y activa del gran problema con subvenciones, créditos y publicidad) debe trasladarse a la sociedad catalana, y no presagia nada bueno.
El charlatán del día, Montilla, tiene su asiento en el Senado y su oficina de ex presidente, y con su amigo Joaquín Nadal, más a quien elija hoy el cónclave, conformarán la oposición al proceso de desmantelamiento y recortes ¡Que democracia!
Los postulantes Navarro, Ros y Elena, discursean con cambios y renovación… y mucho catalanismo, el filón del gran y quebrado negocio; ser más “catalanista” que nadie.
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