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viernes, 13 de agosto de 2010

PROBLEMAS EN MELILLA VS. LA PERDIDA GUERRA CONTRA EL NARCOTRÁFICO.

Rafael del Barco Carreras

Barcelona 12-08-10. Mi compañero de celda y destino “bibliotecarios”, siete meses en Can Brians entre 2003-04, un francomagrebí, sesentón e intelectual del narco, a noticias como “El Rey telefonea a Mohamed VI para aclarar los 'malos entendidos' entre España y Marruecos” añadía que sobraba o faltaba hachís en el mercado y preparaban una subida de precios. La primera industria marroquí con gran diferencia sobre cualquier otra.

Y Fox insiste: “Hay que legalizar las drogas” (11-08-2010) “El ex presidente mexicano reitera su postura a favor de legalizar las drogas y discrepa con Calderón aunque ambos son del Partido Acción Nacional (PAN)”. Si alguien ha vivido y sopesado el problema es sin duda el último presidente mexicano. Decenas de miles de muertos, y los mercados bien abastecidos.

Es una de esas opiniones que mejor no defender. Te miran mal. Tampoco me importa el tema como para comprometerme, pero que la guerra contra el narcotráfico es una guerra perdida, argumento base del ex presidente mexicano, de eso no me cabe la menor duda. Y que prohibir trae la corrupción de quien debe hacer cumplir la prohibición, sin duda, y de que en Barcelona es la primera actividad comercial generando liquidez y margen de beneficio, menos aun. Mi excelente y experimentado compañero corroboraba mis tesis.

Uno de tantos estudios dice: “Juan F. Gamella, profesor del Departamento de Antropología Social de la UGR, y María Luisa Jiménez Rodrigo, investigadora postdoctoral y ahora profesora en la Universidad de Sevilla, son los autores de este trabajo. Afirman que, en Marruecos, el hachís es uno de los principales productos de exportación y, junto con la emigración y el contrabando, el sostén de la economía de las provincias del Rif, donde se calcula que más de 750.000 campesinos viven del cultivo de cáñamo para producir resina”.

750.000 campesinos y varios cientos de miles entre pequeños y grandes vendedores repartidos por Europa y muy concreto en España. Un millón de personas y familias viviendo del hachís, la menor y más inofensiva de las drogas tanto por efectos como financieramente.

Marruecos produce 40 kilos por hectárea, y cuentan que los satélites contabilizaron más de cien mil hectáreas en la región del Rif hasta Larache. Cuatro millones de kilos que en origen hace algunos años generaban a 40.000 pesetas kilo unos 160 mil millones, y a unas 200.000 pesetas promedio al por mayor pasadas algunas fronteras ¡800.000 millones de pesetas!, y partidos en “chinitas” varios BILLONES de pesetas. Más o menos.

Y si por los 80 el mercado español de distribución estaba en manos de clanes gitanos, ahora lo dominan casi en su totalidad marroquíes. El tráfico y remesas de dinero indispensables para la economía del País y su balanza de pagos.

Y las cocaína, heroína y pastillas dejan en ridículo esas cifras. Si aun no se han alcanzado las docenas de miles de asesinatos de México, contando que la importancia de España en el mercado europeo es similar, todo se andará. A poco que se capte la importancia de las cifras, se intuye que en cuanto a corrupción oficial y blanqueo no andamos por debajo de México, y que la guerra en y por el mercado ya se ha iniciado.

Quizá, repito, a nadie más que a los encarcelados ¡y solo mientras permanecen en prisión!, y a millones de consumidores, interesa la legalización de las drogas, pero el inmenso problema nos rodea y el futuro no se muestra optimista de continuar el actual camino sin salida.

Dice Wikipedia: Cannabis
Artículo principal: Cannabis (droga), Véanse también: Aspectos legales del cannabis, Porro (cigarrillo), Cannabinoide Tetrahidrocannabinol


“El cannabis es una sustancia estupefaciente que se obtiene a partir de la planta cannabis sativa, y que se consume principalmente en forma de cogollos (marihuana) o resina (hachís). Sus efectos perjudiciales para la salud son menores que los de otras drogas, e incluso en algunos casos aislados se recomienda su uso con fines medicinales.
El cannabis fue prohibido en casi todo el mundo a principios del siglo XX. Sin embargo, en la actualidad está permitido o tolerado en muchos países. Es habitual en los países desarrollados el cultivo de esta planta para su autoconsumo mezclada con tabaco.
En el año 2005 existían en todo el mundo 530.000 ha de cultivos destinados a la hoja del cannabis, que produjeron 42.000 toneladas de esta sustancia. Los mayores productores del mundo fueron Estados Unidos y México, aunque la producción está muy repartida. El principal país productor de resina de cannabis es Marruecos, seguido de cerca por Afganistán. El 70% de esta resina se consume en Europa occidental”.[5]

El único argumento moral de los antilegalización o represores es el posible aumento de consumidores y por tanto adictos. Una triste o interesada valoración, en su mayoría la humanidad sabe discernir. Además desaparecería el atractivo de toda prohibición, y si alguien opta por anularse hasta el suicidio, resultaría más barato a su entorno y a la sociedad. No creo que aumentaran los realmente adictos. Me parece tan débil la evasiva que solo se me ocurre que la tarta actual es tan apetitosa que nadie con Poder se plantea, no ya la discusión, sino cambiar, por corrupción, hipocresía o intereses político-económicos, las reglas del macabro juego.







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