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jueves, 23 de julio de 2009

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Rafael del Barco Carreras

23-07-09. O a 0´69 el kilo. ¿Será verdad tanta felicidad? O en Almería se enriquecían hace un año, o ahora se arruinan. Para alguien de ciudad la agricultura es un mundo extraño donde lo que vale 1 llega al mercado a 10, y los agricultores siempre quejándose. No me olvidaré de un viaje Madrid-Barcelona, mi coche se deslizó en una capa de maíz vertido en la carretera hasta detenerle un muro. Uno de los manifestantes, que aguantó mi ira, encima me soltó su discurso, “si yo ya lo digo en la asamblea, como todos calculamos en menos las cosechas de un año para otro el Estado autoriza importaciones masivas y el precio local se hunde, sobra maíz”.
Como también siempre he creído que el Estado lo enmierda todo, y que el eterno principio de los agricultores (para no morir de hambre tras deslomarse) es esconder la cosecha a las mesnadas del Rey, llamé a mi aseguradora, y me dispuse a comer en el pueblo que casi me mata. La comida resultó excelente y barata, comenté con el mesonero la jugada, y conseguí continuar viaje con una chapuza en el guardabarros. Por los 40 gocé tanto de la vega del Ebro, y la despensa de mis tíos frente a la vacía de Barcelona, que pelillos a la mar.
No entraré si necesitamos más Estado o menos Estado, o más o menos control de todo. Queramos o no, al Estado lo tenemos hasta en la sopa. Tanto que si el precio del petróleo está a 60 $ barril o 140, da lo mismo, el combustible siempre sube, o con el burlesco retoque de unas décimas.
Otro de los grandes misterios, los PISOS. Si la Burbuja se hubiera producido en una economía neoliberal, como dicen, con un promedio entre el COSTE BÁSICO DE PRODUCCION Y EL PRECIO DE VENTA DE 10 A 30, o sea, un piso a la venta por 30 millones de pesetas cuesta producirlo 10, pues el 50% del terreno y alguno más son “coste-corrupción”, en este momento los atrapados empresarios por superproducción se quitarían de encima el producto a 9, 8, o como fuera. Y de eso nada, el monopolio financiero estatal (real propietario por las hipotecas) no tiene porqué vender perdiendo, el dinero le viene sobrado directamente de la máquina de imprimir billetes, y no contabilizará pérdidas. Sobran un millón de viviendas y varios millones de ciudadanos viven entre la barraca y pisos patera. Quizá la única salida es que el Estado se quede el sobrante por el importe hipotecado, solución más o menos en marcha, y reparta pisos. Los “pobres” contentos, y los enriquecidos corruptos en ese expolio a caixas y bancos, mucho más.
Ya no comentaré sobre mi recibo del agua que tras admirar las instalaciones de la desalinizadora del Prat, financiada con fondos europeos, y escuchar el proyecto de varias, me temo la inmediata subida. Hereu nos convencerá que otro 10% es indispensable para las inversiones en curso, y además, poco, comparado con otros lugares o parámetros.
Las ruedas de molino deben ir baratas porque cada día comulgamos varias.

1 comentario:

Madame X dijo...

Y, digo yo,¿porqué el Estado debería asumir los excesos de aquellos que durante años se han lucrado con el ladrillo y la especulación?

Un saludo.