sábado, 7 de mayo de 2016

8. RECUERDOS SOBRE "LA MODELO" 1980... Y LAS CÁRCELES DE PUJOL.

Rafael del Barco Carreras

 Barcelona 7-5-2016. El preludio a la toma de posesión de las cárceles catalanas por parte de la Generalitat de Pujol presagiaba forzosamente una mejora. Imposible empeorar. Y se dió una mejora, pero más aparente que real. Insuperable el periodo entre 1990  y 1996 cuando los SECUESTROS de PIQUÉ VIDAL-PASCUAL ESTEVILL-JORDI PUJOL. A mi entender el más amoral de los 'negocios' de la banda. Tan amoral que la gran prensa o televisiones no lo citan... y menos se investiga.

sábado, 26 de enero de 2008

13. LA MODELO. SIGUE 2º SEMESTRE DE 1982


La presión alcanzada en el verano del 82, no solo por el calor agobiante de aquel año, sino por las consignas socialistas que nadie parecía dispuesto a ni siquiera considerar después de varios meses de Gobierno Socialista, reventó el último trimestre del año, amenazando 1983. Se hablaba abiertamente de una nueva edición de los motines, multiplicándose las autolesiones, y alguno se subió de nuevo a los tejados. Amnistía y juicios rápidos, se pedía. Si en 1977 los motines fueron más políticos que prácticos, los presos se tomaron en serio lo de la Constitución y poco menos reclamaban los derechos que las películas atribuían a toda Democracia, entonces el número de presos y por lo que me contaron la violencia oficial era mínima, ahora se juntaban los dos conceptos, la vida interior era un sufrimiento total por la masificación y carencias más elementales, y la Justicia no funcionaba. Un año muy activo en la Quinta, el Director Camacho, solucionador de los motines del 77, aplicaría su fórmula, palizas a destajo de madrugada. Entre las continuas peleas y navajazos y los métodos para mantener el terror el trasiego al Clínico era constante.
Mi nueva celda casi el doble de amplia que las normales, con dos compañeros más que aceptables (mi compañero de causa Serena y el director del Banco Central del Caso Baret), pintada, duchas nuevas y limpias a mano, con mi mujer en una relación de casi vida normal, me convertían en ajeno a todo suceso del interior. Mi única preocupación, la libertad tras el juicio, que aunque podría tardar, creaba cierta esperanza. Pero de donde menos se esperaba, saltaba una liebre.
Uno de los continuos visitantes de Doña Pilar era el joven y recién contratado médico, el doctor Ginel, a tiempo total, o eso decían, no como Baguñá que aparecía entre sus varios empleos. Le conocí bien y hasta comimos juntos varias veces en la cocinilla de funcionarios. La Enfermería había dejado de ser refugio de cuentistas y enchufados, aunque el nuevo médico aportara su granito o granazo de arena, demostrado en su condena cuatro años después por ingresar en el Banco Guipuzcoano, donde andaba de “relaciones públicas” el marido de Doña Pilar, un talón de 200.000 pesetas de un preso en proceso de “clasificación”. Pero eso ya es futuro. Decía que la enfermería tan utilizada para diversas historias, se convirtió en de “verdad”. Nadie pedía su “refugio”, la tuberculosis, toda la escala de hepatitis, sífilis, venéreas y sus rápidos y numerosos progresos degenerativos, aconsejaban ni acercarse, ¡y aun no se había inventado el SIDA!. Yo en mi ignorante ciencia médica lo relacionaba todo con la droga. Si la mitad de una galería con setecientos individuos se inyectaba sin más cuidado que lavar la aguja con limón o lejía (productos que tampoco abundaban), al deterioro de la heroína, a menudo mezclada con yeso de la pared, y normal con aspirina, se añadían todos los virus y bacterias imaginables. La anemia, con sus cuerpos esqueléticos, no procedía de la falta de alimentos, rancho y de la “calle” llenaban de sobra cualquier estómago. En un país que ya había un médico por cada mil habitantes, allí dos mil seiscientos, en la peor de las circunstancias imaginables, en principio uno a tiempo parcial. Una suerte añadida, nunca lo necesité, aunque pretendiera hacerme cliente para una supuesta enfermedad.
Si ante Don Daniel disimulé mal mi sorpresa por las facturas y recibos en blanco firmados por los proveedores, las dos hojas en ciclostil que se utilizaban para clasificar a los penados no me provocaron ni frío ni calor, dos años en aquel antro borraban los posibles sentimientos, pero unos años antes aun era peor. El trabajo de la primera y única psicóloga, criminóloga y jurista, sin titulación alguna, lo realizaba Don Pablo, el capellán, y con unos razonamientos convertidos en la práctica en puros burocratizados tópicos se decidía el futuro de miles de personas. Montones de esas hojas, sin más orden que su amontonamiento día a día en el suelo de un pasillo tras las oficinas “técnicas”, me entretuvieron algunas de las muchas horas de soledad del último año de mi prisión. Un montón que desde el suelo alcanzaba mi pecho y otro mi cintura, aguantándose apoyados en un ángulo entre paredes, pueden dar idea de los miles de folios que guardaba tan peculiar archivo.
La Inquisición en estado puro, pensé. Si los juicios se decidían partiendo del atestado policial con culpabilidades obtenidas por palizas convertidas en tortura si no se obtenían las declaraciones al gusto del comisario (con razón la Policía era la mejor y más efectiva del Mundo), y en la comisaría o en el juzgados aparecían “adecuados” testigos, y después de por fin condenados, la mitad de los ingresados en prisión se pasaban gran parte de su posible condena en “prisión preventiva”, es decir, sin ni siquiera juicio, y para rematar el proceso, un cura, franquista y retrógrado, decidiría el remate final, el panorama de la Justicia se puede asegurar que era tétrico. Ni que decir tiene que la “pobre gente” lo pasaba muy mal. Pasó a menudo que del consabido se “entra por una puerta y se sale por la otra” se podía entrar por un delito menor, o inocente, y pasarse la vida en la cárcel.
De la hoja, en su mayor parte ocupada por las firmas de la Junta de Administración y Tratamiento, se pasó a las dos de Doña Pilar. Se iniciaba con tres o cuatro líneas de la sentencia, describiendo el delito, estafa, robo con o sin fuerza, violador, pederasta, homicidio, asesinato, con remarcado “homosexual” de serlo o parecerlo…etc… A continuación la interpretación del test de Rochas, las famosas manchas de tinta china en unas cuartillas, tan vistas en las películas de blanco y negro, añadiendo lo de “desestructuración familiar”, marginal, alcohólico, drogadicto. Doña Pilar también tenía estereotipados los “profundos estudios” psicológicos surgidos de la interpretación de las manchas, sobre las que todos comentaban que solo veían coños abiertos. Catalogué el dichoso test en otra de las muchas estafas que flotan por la humanidad. En definitiva era tan fácil encuadrar las diferentes personalidades y circunstancias vitales como en los horóscopos o las cartas astrales, a las que era tan aficionada doña Pilar que un preso hábil en ese trazado de líneas en el cosmos obtendría un buen enchufe en el patio exterior. Se añadía una valoración de 0 al 10 de aptitudes, agresividad, labilidad, arraigo familiar, etc… y tres o cuatro líneas de recomendaciones sobre el individuo, o sea, su clasificación en primer, segundo o tercer grado. En “primer grado”, lo peor, partiendo de su comportamiento en la cárcel, o la atrocidad del delito. Imaginar el futuro para un individuo en primer grado es tan terrible, entonces y ahora, que si por el delito nunca justifiqué la pena de muerte, y no por no merecerla, sino por no otorgar a nadie, léase Estado, la atribución de aplicarla, después de ver a los de “primer” grado, elegiría para mi la muerte antes que alguna de las circunstancias sufridas en esa clasificación, y como con la muerte, nadie debería tener tanto poder sobre un individuo. El general “segundo grado” comportaba el “a viajar”, con penales de más o menos valoración, todos querían ir a Santoña y nadie a Ocaña o el Puerto de Santa María. Y el “tercer grado”, los menos, la libertad. Una gatera por donde se colaban los pocos con dinero o “relación social” que llegaban a ese estadio del proceso penal. Así me lo demostraba el trasiego de abogados, ocupándose de sus clientes “de pago”.
Viendo lo visto, mis esperanzas en Doña Pilar dejaron de cuadrar con las de mi mujer, por más que me callara. Con los socialistas en el Poder, un proceso bastante lógico que me condenaran a los doce años pedidos, y alguien, por encima, se interesara por el cumplimiento sin escapes. Si Narcís Serra, mi acusador, ya Ministro del Ejército, se imponía como en las peticiones de libertad con fianza, aviado estaba, por mucho que mi mujer cuidara la recién amistad con Pilar, el futuro sería “viajar”. Un remate digno de una acusación falsa y torticera, y aun no sabía lo que el futuro pondría ante mis ojos y los de toda la ciudadanía sobre los personajes clave en aquel desfalco y proceso. Me preguntaba cuantos de mis compañeros de infortunio eran inocentes, y su condena encubría los delitos de otros, o la simple solución arbitraria policial y judicial, que hicieron de España el país con más alto porcentaje de casos solucionados. Los de los asesinatos de Viola, Bulto y el incendio de la Escala, los casos más célebres entonces, lo repetían en todas sus conversaciones. Y ni comento las del caso del Aceite de Colza, todo un engendro, donde lo único cierto mil muertos, y miles de años de cárcel. Quizá los únicos aceptando su culpa, cogidos con las manos en la masa, los secuestradores de Quini.
Recordaba mucho a uno de los del primer año de patio, un raterillo que tras cuatro años de preventiva, y sin abogado, ni se preguntaba cuando le juzgarían. Ordené a Pascual Estevill que se interesara por el individuo descubriendo que su sumario en Villanueva y Geltrú no existía porque el juzgado se destruyó en un incendio. Le soltaron de inmediato, aun conservo la carta de agradecimiento desde un pueblecito de Castilla. Ese recuerdo, la desaparición en el Supremo de nuestro recurso, los dos años de prisión preventiva, la negativa absoluta del Presidente de la Audiencia, Alfonso Hernández Pardo, a conceder la libertad con fianza, marcaban demasiados hitos para el próximo camino de mi vida. Al “Rafael hemos de conseguir que os juzguen, se lo insisto a Gonzalo…y después el Tercer Grado y a la calle…”, yo afirmaba, aunque más escéptico cada día. Tampoco compartía su fe en el nuevo abogado, Gonzalo Quintero Olivares, su única labor “cobrar las minutas”. Con los años me he preguntado si durante más de un año no se enteró de las íntimas relaciones de sus compañeros de partido (donde él por lo sabido pesaba y mucho), capitaneados por Serra y Maragall, con Javier de la Rosa, los miles de millones obtenidos, el doble juego de mi ex abogado Pascual Estevill, y como mínimo en sintonía con mis escritos iniciales dejar constancia. Y encima él se colocó entre los primeros amigos de mi ex abogado. Continuará.

La Gran Corrupción: PENA DE MUERTE.

lagrancorrupcion.blogspot.com/2011/04/pena-de-muerte.html
2 abr. 2011 - 1980, ALFONSO HERNÁNDEZ PARDO, PRESIDENTE DE LA AUDIENCIA Y DE LA JUNTA ELECTORAL PROVINCIAL DE BARCELONA.
 Rafael del Barco Carreras

Barcelona 2-04-2011. Es escalofriante pensar que el mismo juez, que decidiera en la instrucción y sentenciara mi caso (contaminado se diría ahora y anularía la sentencia el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo) firmara una condena de muerte cinco años antes. Si aplicó los mismos sistemas y criterios que conmigo el condenado a muerte Sanjulián, inocente o culpable, no tuvo la más mínima posibilidad de defensa.

Leer el artículo de la revista DESTINO de 1975 (adjunto en http://www.lagrancorrupcion.blogspot.com) me hiela la sangre, pues el proceso pudo ser tan falso o corrupto como el del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona en 1980. El desgraciado tuvo la suerte que se muriera Franco y no acabara ajusticiado al igual que Puig Antich o Heinz Chez, que tras torturados y un sumario y proceso plagado de irregularidades y pruebas amañadas, fueron ejecutados.

Dice Destino que la Audiencia de Barcelona no había firmado una sentencia de muerte desde los años 50, es decir; mi presidente “especial” que además, burlando en 1980 la Constitución, nombró un “instructor especial” para el solo Caso Consorcio, se sentía en 1975 tan reyezuelo todopoderoso que reintrodujo la pena de muerte en la Audiencia de Barcelona.

He de agradecerle que solo me condenara a los casi tres años pasados en la Modelo, después de denegarme todos los recursos y pruebas que hubieran demostrado sin genero de duda que el autor del desfalco en el Consorcio, además del huido y nunca buscado Antonio de la Rosa, era Javier de la Rosa.

Siempre me he preguntado cuanto le pagaría Javier para que se autonombrara juez absoluto del Caso Consorcio, cerrara el sumario en apenas nueve meses sin admitir pruebas, no concediera la libertad con fianza, y en un juicio de tres días se decidiera un complejo caso económico que en la actualidad ocuparía además de años de instrucción varios meses de juicio. Leer “Barcelona, 30 años de corrupción”.

 Resultado de imagen de pascual estevill el club de los mentirosos


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LUIS PASCUAL ESTEVILL, MAÑANA ANTE LA COMISIÓN PUJOL.

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28 jun. 2015 - Barcelona 28-6-2015. Confieso antes de que aparezca en la Comisión Pujol. El pasado viernes, en uno de mis habituales paseos por la ...

LUIS PASCUAL ESTEVILL A LAS 9 ANTE LA COMISIÓN PUJOL.

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29 jun. 2015 - Ayer intenté contar, lo más reducido posible, mi fortuito encuentro el viernes con Luis Pascual Estevill. Una hora escuchándole que ahora ...

La Gran Corrupción: JORDI PUJOL, LUIS PASCUAL ESTEVILL Y ...

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30 jun. 2015 - Ante la Comisión Pujol, Luis Pascual Estevill, al igual que Juan Piqué Vidal el lunes anterior, alaba e insiste en su admiración por Jordi Pujol.

comparecencia en directo de luis pascual estevill... - La Gran Corrupción

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29 jun. 2015 - Y A LAS 13:40 APARECE LUIS PASCUAL ESTEVILL RENUNCIA A ... JAVIER DE LA ROSA ANTE LA COMISIÓN PUJOL... Y JUAN... 11.
29 jun. 2015 - Luis Pascual Estivill, en su comparecencia ante la comisión del fraude fiscal ... Estevill, quien clamó por la presunción de inocencia de Pujol, el ...

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