ACUSADOS RAFAEL JIMÉNEZ DE PARGA, ALFREDO SÁENZ ABAD, Y OTROS.
Rafael del Barco Carreras
Testigo, Luis Pascual Estevill. Una ingenuidad esperar que confesara de nuevo su “modus operandi”, su perversión y amoralidad. Confesó en el sumario y juicio del 2004. Supongo para rebajar la petición fiscal (un regalo 9 años) librar a su hijo (condenado sin entrar en prisión por cobrar en los pasillos del juzgado o retirando 600 millones de una cuenta en Suiza ya embargada) a su mujer, y salvando de paso a algún fiscal y colaborador. ¡Pidió hasta perdón por el daño causado a la Sociedad y víctimas! Y para remate a tanta concesión, a menos de un par de años de prisión, el Tercer Grado recién revocado por el TSJC por la gravedad de los delitos y falta de arrepentimiento.
Ahora no se acordaba ni de actas firmadas con falsedades y cobrando 50 millones, ni de nada. Si había confesado y firmado, fue un error, y rectificaba. Acentuó lo de que actuaba por su SOBERANÍA, y en conciencia repetiría lo actuado. Al igual en el juicio ante el Supremo donde le inhabilitaron y expulsaron de la Carrera Judicial. Entonces a falta de pruebas alegó que actuaba por ÍNTIMA CONVICCIÓN. En el juicio y condena por Delito Fiscal no se sabe alegara “íntima convicción” y “soberanía”, el dinero le llovía de los “amigos y negocios”. Y 25 millones ingresados en su cuenta suiza por el abogado de una de sus tantas víctimas lo fuera para “acusarle”.
Visto y no visto. Un buen capote a su “socio” Rafael Jiménez de Parga, acusado como el abogado Juan Piqué Vidal por sus confesiones además de evidentes pruebas. La expectación triplicaba a los escasos oyentes en las cuatro sesiones anteriores, pero ni el fiscal pudo acentuar la ausencia de un colega en la fatídica reunión del 10-09-94, respondiendo que siempre comunicaba sus resoluciones a la fiscalía y las partes, ni los abogados acusadores y defensores preguntarían ante la negativa por “falta de memoria”. Genio y figura, con la evidencia del paso de los años, era el Pascual que recordaba de “mi defensa”, prepotente y retorcido. Causa en la que por cierto pasé más tiempo en prisión por “encubrir” a Antonio de la Rosa que él por falsificar, prevaricar, extorsionar y chantajear a docenas de víctimas.
El juicio siguió con las declaraciones de dos testigos. Dos empleados del Banesto, un abogado de la asesoría jurídica, Martínez, a favor de los acusados de banco, y otro, Emilio Núñez, despedido según él por este asunto, acusando.
Un testigo que rehizo mi interés, Félix Martínez Zapata, periodista y autor del libro tan recurrido en mis escritos, ESTEVILL Y EL CLAN DE LOS MENTIROSOS. Acusó a Calama, director regional del Banesto, de haberle dicho que el Grupo Olabarría pagaría porque la querella la llevaba el juez Pascual. Se acentúa en el libro lo del Grupo Olabarría, y hace a Modesto González Mestre, presidente del Harry Walker, empleado del Grupo. Por fin se cita en el juicio la procedencia de los créditos, el Banco Garriga Nogués de Javier de la Rosa, año 1984. Leyeron parte de las páginas 353, 354 y 362, aprovechando uno de los defensores para desacreditar al testigo recordando una condena por el “honor”. Y de nuevo el “algo harían” refiriéndose a los denunciantes. Ese “algo harían” justificando las fechorías del juez y abogados, que por lo visto tenían derecho a enriquecerse estrujando a “delincuentes”, y en este caso ni lo eran pues se sobreseyó la denuncia.
En el descanso saludé a Félix Martínez, me recordaba, aprovechando para insistirle que los periodistas me debían haberse inventado mi vida. Ver en www.lagrancorrupcion.blogspot.com
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