lunes, 13 de junio de 2011

EL ESTATUT DE CATALUÑA Y LA BURBUJA INMOBILIARIA.

Rafael del Barco Carreras

Barcelona 13-06-2011. Leía el viernes en La Voz de Barcelona; ‘De los cinco políticos catalanes que vivieron desde primera línea de fuego el proceso estatutario, tres han devuelto su carné de militancia y de un cuarto (Joan Saura) apenas se sabe gran cosa’… El quinto es Artur Mas.

Se solapan en el tiempo Estatut y el punto álgido de la Burbuja, y por tanto es necesario insistir pues las consecuencias las padecemos y las padeceremos durante décadas. La Burbuja se inicia en Barcelona y toda Cataluña alrededor de los 2000. Los cimientos de la Gran Corrupción ya eran lo suficientemente sólidos cuando con el euro los políticos de Jordi Pujol, el banquero sin escrúpulos, y los socialistas de Narcís Serra, entonces secretario general del PSC, descubren (ellos y los político-financieros de toda España) que tras cada recalificación había una o cientos de hipotecas que se recolocaban (lo definen “titulaciones” para que nadie entienda) en Europa y demás mercados financieros, y ¡más dinero para más recalificaciones y pisos! Hipotecas por encima de cualquier valoración, fabricada por tasadores propios. No era necesario vender pisos (el dilema de todo negocio inmobiliario) el dinero total ¡y mucho más! lo invertían las caixas a sus órdenes, y de no venderse ¡que no se vendería a los precios dictados! las entidades se lo quedarían todo, ¡negocio concluido! Hasta el vaciado total de las caixas y cerrado el crédito exterior.

Al mismo tiempo que se entretenía a las masas con lo de “som una nació” las cúpulas de los partidos dominantes en Cataluña ganaban dinero superando en mucho los Juegos Olímpicos, y encima recolectando su “raquet” (impuesto mafioso o revolucionario) al estilo Félix Millet en obras públicas, subvenciones europeas, y cualquier dinero oficial o paraoficial que pasara ante su vista. Y Narsís Serra, además de especular y financiar con Caixa Cataluña, ocupaba los consejos de administración más suculentos de la Ciudad, un tanto desilusionado por no poder con la presidencia de La Caixa, núcleo impenetrable con el franquista Samaranch al mando.

A la juerga del Fórum, una distracción folklórica que se sacó de la manga Pascual Maragall y realizó Clos, para promocionar o esconder la más disparatada y global realización urbanístico-inmobiliaria que jamás vieron los tiempos en Barcelona, sigue la distracción emocional de un Estatut que se inicia con el “som una nació”. El 50% de los catalanes de procedencia “digamos española” no lo entendían, pero el dinero corría… ¡éramos una “nación” y lo que quisieran! Las divergencias entre Maragall y Mas coloreaban el guión aportando realismo. Pero si el Ensanche se programó y realizó en más de cien años, ahora media Barcelona se construiría (terriblemente mal, sin estética y ni siquiera visión de lógico negocio) en cinco años. Me recomiendan y recomiendo el video sobre el Caso Pretoria paradigma de la Gran Burbuja con Sociovergencia incluida http://youtu.be/rg7Q-yy3K5M

Yo que estoy “indignado” por muchos motivos me indigno más si cabe con las noticias de diario;

‘De los cinco políticos catalanes que vivieron desde primera línea de fuego el proceso estatutario, tres han devuelto su carné de militancia y de un cuarto (Joan Saura) apenas se sabe gran cosa’
Redacción
Viernes, 10 de junio de 2011 | 11:18
María Antonia Prieto, periodista, en un artículo publicado en Abc este miércoles:
‘De los cinco políticos catalanes que vivieron desde primera línea de fuego el proceso estatutario, tres han devuelto su carné de militancia y de un cuarto (Joan Saura) apenas se sabe gran cosa. El ex líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, ha sido el último en renegar de su formación política. [...]
El caso es que hace sólo seis años Pasqual Maragall, Josep Piqué y Carod-Rovira -junto con Artur Mas y Joan Saura- pasaban por ser el núcleo duro del establishment político catalán. El tiempo ha demostrado que nada más lejos de la realidad. Sólo eran líderes electorales, piezas sueltas, incómodas pero circunstancialmente útiles, en manos de las estructuras que -éstas sí- durante décadas y desde la sombra han controlado el poder: los aparatos de los partidos. Maragall fue sacrificado porque el “aparato” del PSC-PSOE no le perdonó su incursión en terreno nacionalista; Piqué fue sacrificado porque, entre otras cosas, el “aparato” del PP no detectó demasiada pasión en su oposición al texto estatutario, y Carod quedó definitivamente arrinconado por defender el “sí” al Estatut frente a un “aparato” que a última hora decidió tragar con el “no” impuesto por las bases.
De una u otra manera, el Estatut acabó con ellos del mismo modo que acabó con la paciencia de los catalanes. Así empezó todo, aunque lo fácil siga siendo echar las culpas al Estado y al Tribunal Constitucional‘.


Estatuto de autonomía de Cataluña de 2006
De Wikipedia, la enciclopedia libre

El Estatuto de Autonomía de Cataluña es la norma institucional básica de su territorio.
El "Estatuto de Autonomía de Cataluña" es la norma institucional básica de Cataluña que las Cortes Generales de España han aprobado en 1932, 1979 y 2006 para otorgar la autonomía y fijar los márgenes del autogobierno de este territorio. El Estatuto de autonomía de 2006 fue aprobado por las Cortes Generales y posteriormente refrendado por los ciudadanos de Cataluña el 18 de junio de 2006. Incluye, entre otros aspectos, el sistema institucional en que se organiza la Generalidad de Cataluña, las competencias que le corresponden y su tipología, derechos y deberes de los ciudadanos, el régimen lingüístico, las relaciones institucionales de la Generalitat y la financiación de la Generalidad.
El poder legislativo lo encarna el Parlamento de Cataluña, mientras que el ejecutivo lo encarga el Gobierno. Asimismo, define al Consejo de Justicia de Cataluña como órgano de gobierno del poder judicial en Cataluña.
Contenido…


Artículos inconstitucionales
El Constitucional purga el Estatut
Mantiene el término nación en el preámbulo de la norma autonómica, pero recalca
que carece de «eficacia jurídica»



Y sigue el día a día…”Pero si se echa la vista atrás el resultado es todavía más aterrador. Desde el primer trimestre de 2008 -al comenzar la parte más severa de la crisis- el sector público español se ha endeudado en 318.120 millones de euros. Una cifra colosal (equivalente a 30 puntos del pib) que explica sin tapujos la preocupación del FMI. Obsesionado con impedir a toda costa la bancarrota y evitar el temido efecto contagio. Y por eso Merkel y el FMI obligan a hacer reformas económicas. Así de fácil y así de difícil para España. Paradojas de la vida.”





































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