III. COSLADA
Rafael del Barco Carreras
Y al igual que en todos los escándalos afectando “funcionarios”, y por tanto “políticos”, o sea, todos los casos de ENJUNDIA en España, pues es imposible se den fuera de ese ambiente y su legalidad, se inicia la GRAN INTOXICACIÓN. Si alguien, yo mismo, por curioso afectado en otra gran corrupción, se propone enterarse de lo sucedido, se adentrará en tan disparatada guerra de frases, contrafrases, noticias y contranoticias, lloviéndole según las líneas editoriales y postulados políticos de los medios, que mejor dejar de leer, y con las cuatro imágenes de las teles, ya es bastante. Que a Ginés le ayudara, encubriera o promocionara uno u otro, del PP o del PSOE, o la propia Policía Nacional que tras veinte años acabará con él, ¡qué más da!. Ginés aprovechó un ambiente, que encajaba a la perfección con su personalidad, y acabó siendo su propia víctima. La otra versión de los temas “municipales”, una copia del Muñoz de Marbella, más degenerada, más cutre.
Para rematar la desinformación se anuncian partidistas series televisivas. De hecho TELE CINCO ya ha iniciado el fin del caso, la POLICÍA NACIONAL ha hecho un excelente trabajo, dice un contertulio de LA NORIA, y se callan los demás. ¿Después de 22 años? Excluida pues la Policía Nacional. ¡No me fastidien!, de SUS ZONAS CALIENTES las comisarías saben a la corta, y más a la larga, de cada hoja que se mueve. Se inicia el “aislado”, Policía Nacional descartada.
Cualquier guionista, que no siguiera directrices y conociera por experiencia y observación propia la generalizada “vida nocturna” española, montaría una serie con solo el clamor donde el “Ginés” se pasa de sus “competencias” invadiendo campos vedados. Y me reitero en los conceptos, un “municipal” por muy relucientes entorchados que luzca en su uniforme no extorsionará impunemente durante años a todos los “patronos” del puterío local, que coinciden con el “trapicheo”. Puede que en ese reparto de “competencias” no escritas, o en esa “pirámide” de complicidades, y miedos, en la “escala de poderes” locales y provinciales, al Ginés se le permitiría en principio hasta asociarse con alguna “madame” o “pequeño traficante” pero de ahí a convertirse en un Al Capone de la prostitución y todo tipo de ilegalidades locales, va un trecho, que desde luego pasa por el “reparto”, las concesiones de “pernada”, aficiones “drogatas”, amén de la simple astilla. De hecho el Ginés se convierte más en “hombre de paja” repartidor que en el clásico Capo italiano o Bos francés. Es decir, entre la propia Policía Nacional, el Juzgado y el Ayuntamiento, anda el juego, y detener a uno o dos de cada, por acción u omisión, como mínimo, daría perspectiva y versiones, que ayudarían a limpiar parte de
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