viernes, 25 de mayo de 2012

3ª PARTE, CAP. 14 de “BARCELONA, 30 AÑOS DE CORRUPCIÓN”, ed. 2006. LUIS PASCUAL ESTEVILL, JUAN PIQUÉ VIDAL, JORDI PUJOL, 1995-2005

 Rafael del Barco Carreras

 

Barcelona 25-05-2012. Cuando oigo que nuestro Sistema Jurídico es el más garantista del Mundo... recuerdo las pocas garantías otorgadas a los simples mortales y las corruptas concedidas a mis personajes... y no hablo de oídas como algún comentario me achaca... lo padecí en cuerpo y alma.

Un ejemplo, el citado en este artículo Caso Croesus... tras la condena en la Audiencia Nacional... la absolución por prescripción en el Supremo... 

 Y no es corrupta la prescripción... LA GRAN CORRUPCIÓN radica en que se juzga en 2007 el enredo del !!!año 1988!!! con Enrique Sarasola, ya fallecido, íntimo de Felipe González,  por el que se le paga 35 millones de dólares por las acciones y servicios prestados en la venta de URBANOR a los kuwatíes...

  1. Caso Urbanor - Wikipedia, la enciclopedia libre

    es.wikipedia.org/wiki/Caso_UrbanorEn caché
    Urbanor es la sociedad que construyó las torres Kio de la Plaza de Castilla de Madrid, conocidas también como la Puerta de Europa de Madrid. La empresa se ...
Caja Madrid... Bankia... los primos CORTINA... LAS TORRES KIO...  sede de una estafa tras otra...
 
  1. www.ideal.es › IdealMás ActualidadEconomía
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    4 Abr 2008 – La Audiencia Nacional ha condenado al financiero Javier de la Rosa a 4 años y 8 meses de prisión por los delitos de apropiación indebida y ...

  1. Noticias sobre Croesus | EL PAÍS

    elpais.com/tag/croesus/a/En caché
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    13 May 2009 – De la Rosa, absuelto del 'caso Croesus' por prescripción ... a De la Rosa y otras 9 personas en tres de las operaciones del 'caso Torras' ...


TERCERA PARTE
Luis Pascual Estevill
Juan Piqué Vidal
Jordi Pujol
  1995-2005






14 


En el 2003, De la Rosa ganaba otra partida, Tercer Grado y a la calle. Atrás dejaba los nuevos compis, desgraciados sin un duro para comprar nada. Insolventes profundos.
Al tiempo que los justicieros tanques americanos acababan con la dictadura de Saddam Hussein (tan rentable para los políticos españoles cuando invadió Kuwait), Javier de la Rosa, conseguía el primer Tercer Grado, de la condena a dieciocho meses. Concesión batiendo todas las marcas administrativas. No era el único en batirlas, siempre por corredores de fondo del equipo oficial, y merece una reflexión. Un pulso entre la Generalitat, los Jueces de Vigilancia Penitenciara y el Gobierno Central con sus fiscales metiendo maraña. O eso parecía, querían que pareciera, y publicaban. Con causas en el Supremo y con peticiones de diecinueve años por el Caso Croesus en juicio, y varios pendientes, De la Rosa daba, por enésima vez, fe de la corrupción reinante. Ignoro que me contestaría la jueza Remei Bona, o la propia Junta de Tratamiento de Brians. Esa si sé que contestaba, “un caso especial”, y los había otros, desconocidos. Pujol, sin jugarse las elecciones porque ya no se presentaría, dominando las competencias penitenciarias, pasaría por encima de carros y carretas.
La Sala que le condenara a cuatro meses por las cartas falsas del Emir vio su condena elevada a dieciocho meses por el Supremo, y sin atenerse a concesiones ordenó su cumplimiento en prisión. Primera condena en firme. A Pujol las salas de Justicia no le impresionaban, y aplicando sus poderes (que no la Ley) en unos días a la calle. Tercer Grado. Ni Kafka acertaría a describir tanto disparate. De cuatro meses a dieciocho, y de dieciocho a veintiún día. ¡Derroche de impuestos!. ¡Carreras y doctorados de Derecho quemados en el altar de la Corrupción!. La tragicomedia se repetía. El esperpento iniciado con la “prisión domiciliaria” continuaría. Cada estamento contraponiendo sus arbitrariedades.
A finales del 2003 coincidíamos de nuevo en Brians. Sería difícil precisar días o meses porque la evolución de la primera condena de Javier no se atenía a ningún reglamento penitenciario. Vigilancia Penitenciaria anula el Tercer Grado, y la Generalitat le concede un 100.2, trabajar en la calle y dormir en la prisión. Un follón porque el servicio aun no estaba inaugurado en la prisión de Brians. Perdí la cuenta de varias concesiones de Tercer Grado y su revolcón judicial. Trabajaba en la Cruz Roja de Martorell o servicios sociales en la Parroquia de San Odón de Barcelona, donde antes pasara el cepillo los domingos. Imposible tanta actividad si parte de esa condena se cumplió asistiendo al Juicio en Madrid de su primer caso multimillonario de los varios en que se desgajó la inicial denuncia de KIO, defendiéndose a sí mismo. Había tanto delito, que el juez Moreiras no descubrió en el Código Penal, que el proceso se desglosó en varios, multiplicando delitos y futuras condenas.
Y por fin, la concesión a la tercera del Tercer Grado, otro monumento al disparate. Javier mostraba “arrepentimiento”, firmó el Juez de Vigilancia a propuesta y dictamen de la Junta de Brians. La Gispert, consellera de Justicia, suplicando a los jueces que lo soltaran, y sin vergüenza, en la televisión, les acusaba de discriminarle por ser quien era. Patético su discurso en el Parlament. Una novedad tanto movimiento político por un preso, declarado insolvente, sin presencia empresarial, la última cumplía diez años, sin incidencia social y menos política, en fin, que ni legal ni contractualmente significaba nada para nadie, excepto su familia, ¡sí así era!. Si había ruido, había nueces, millones de nueces. Los políticos acojonados por soltarlo. La mecánica huele más a chantaje que a dinero. De Brians le envían a la Roca, a cumplir su último Tercer Grado de los concedidos en tres meses de prisión.
Se repetía el trato especial y la selección de compañeros. No aguantaría como yo otro Silvestre, treinta y cinco años, con Sida, y demás infecciones, tan avanzado que le costaba al Estado no menos de ciento ochenta mil pesetas mensuales (precio marcado en las cajas de los medicamentos). Aguanté unos tres meses. La única ventaja, dormía todas las horas de celda, y hasta en el comedor con el cubierto en la mano. El abuso de tranquilizantes se palpaba, y de colofón metadona. Más de una vez se la vendió con el método de boca a boca. Ignoro si entendía mi obsesión por la limpieza en la celda, aunque descarado una vez me soltó “no te voy a pegar nada...”, “lo hago por ti, estoy tan fuerte que uno de mis virus rechazado te infecta y la palmas”. La ventaja de dos por celda desaparecía compartiendo con semejantes personajes, aunque la metadona los inutilizara y ya no se repitiera ni la pelea del Silvestre de la Modelo, ni el ataque de sobredosis o mono del que destrozó la celda. La única conversación consciente, una detallada exposición de la evolución de su enfermedad con toda clase de indicadores numéricos sobre sus defensas y dosis de metadona, y la ineficacia del combinado de antivirales y fármacos de última generación por inmunización. Desde el primer momento me negué en redondo a ni un céntimo (para porros o heroína) a “devolver”. Cambio de celda con mi ya amigo el “francés”, de mi edad y compartiendo el destino de bibliotecarios. De nuevo la biblioteca. Un buen rincón.


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