lunes, 21 de mayo de 2012

3ª PARTE, CAP. 10 de “BARCELONA, 30 AÑOS DE CORRUPCIÓN”, ed. 2006. LUIS PASCUAL ESTEVILL, JUAN PIQUÉ VIDAL, JORDI PUJOL, 1995-2005

 Rafael del Barco Carreras

Barcelona 21-05-2012. Año terrible el 2000 para Javier de la Rosa... pero consigue fianza, aunque los periódicos, incluida LA VANGUARDIA, ya le han perdido el respeto y afición de cuando repartía millonadas en créditos y publicidad, o mantenía comprados a una larga lista de periodistas, entre ellos a Feliciano Baratech. 

11 años después declarará en el subvencionado ARA que su estancia en prisión ha sido más breve de lo que la gente cree. Interpreté que ARA poco menos hacía apología de la ESTAFA. El mayor estafador en cuantía y número de Barcelona se ufanaba de su habilidad para eludir prisión. Pudiera que en honor a su común padrino Jordi Pujol pretendieran una campaña endulzando su vida y milagros. Anunciaba además que escribiría un libro... tal como le vi durante un año en el juicio, 2009-2010, por el caso Hacienda de Barcelona, declarado inocente, y recordando los análisis psiquiatricos, dependencias y medicación, en la cárcel de Brians, no le creo apto para escribir un libro. Puede contratar un "negro", por como viven él y los suyos, lo costeará con holgura a pesar de su declarada total insolvencia.

Además en este artículo se lee otra de las muchas versiones sobre Pascual Estevill y el CGPJ... un reflejo de las actuales luchas con denuncia contra el Presidente del Supremo y CGPJ Carlos Divar... publicándose hoy que Fiscalía archiva la denuncia. 

Hoy en Cadena SER:

  "José Manuel Gómez Benítez, en 'La Ventana': "La resolución no se la cree nadie"

El vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) José Manuel Gómez Benítez ha expresado su decepción por el archivo de la denuncia que interpuso contra el presidente del Supremo, Carlos Dívar. En el programa 'La Ventana', ha señalado que "todos sabemos que no ha ido a trabajar" a Marbella".

 

 

 

TERCERA PARTE
Luis Pascual Estevill
Juan Piqué Vidal
Jordi Pujol
  1995-2005

 
En el 2000 después de una sesión en los multicines de “Piscinas y Deportes” observaba a la policía vigilando la prisión domiciliaria del preso más especial de España. Aunque los “tratamientos especiales” son la norma en condenado o preventivo funcionario, político, o millonario entrelazado con escándalo oficial, para un común de los mortales, es bueno comprobarlo, verlo con los propios ojos, empaparse de que las clases sociales, las castas, existen, tanto iniciándose de empleado en el Banesto, hijo de Abogado del Estado de la Hacienda Franquista, o cometiendo delitos y debiendo cumplir prisión tras compartir “negocios” con toda la clase dirigente. ¿O no se trata de clases sociales sino de clanes mafiosos, de la idiosincrasia mafiosa operando en el funcionariado español?. Un tópico, pensaba, y malo amargarse. 

El año había empezado bien, vivía en una preciosa casita en el Ampurdán, y pasaba a menudo a Francia, ¡inconsciente de mí!. En definitiva en el peor de los casos me faltaban por cumplir dos años, pero inquietante la denuncia sin base en Tarrasa. Mis nietos de dos y tres años endulzaban mi soledad de tarde en tarde. Sus gritos y peleas bien valían el riesgo. Ultramort, un paraíso, entre La Bisbal y Verges, por la carretera a Figueras, permite disfrutar de la gran planicie del Baix Ampudán y de las delicias de una depurada gastronomía natural. En el triangulo de oro catalán sin la mínima relación social, excepto mis hijas. Flores y barbacoas, interrumpidas por alguna patrulla de mossos de escuadra de servicio en el cruce entre el pueblo y la carretera. Uno se acostumbra y agradece la presencia, hasta que un helicóptero policial se detiene encima de la casa. Convencido venían a detenerme, con una patrulla maniobrando en la verja del jardín. “Que exagerados, ¡ni que fuera Al Capone!”, pensé. “Se ha perdido un hombre mayor, ¿nos permite pasar a su jardín?”. Parecido a cuando con fusil en mano las patrullas al salir de la autopista por Gerona establecen un control, y me detienen, pidiendo perdón al observar que la etiqueta del ITV se difumina por la oscuridad del borde del parabrisas. Disfruté del campo con intenso olor a granja de cerdos y vacas, comprando pescado en Palamós, tomates conservados al estilo de mi consuegra en el popular mercado de La Bisbal, la inmejorable carne y embutidos de sus carnicerías, o los pollos criados con maíz por la anciana madre de la alcaldesa. Una insuperable gozada. 
Mi interés por la evolución de los varios casos contra Javier y Pascual, o los de Piqué Vidal, sin zafarse de Gran Tibidabo, e implicándole en las extorsiones de Estevill, perdía virulencia, un dato en mis relatos, esa inmensa novela que con seguridad solo yo leería. Pero la calma muy relativa, me llegaban demasiadas casualidades. Alguien se tomaba muchas molestias para complicarme la vida. 
Y yo no paraba. En el 2001 se me ocurre editar la primera parte de “Zona Franca”. Un tiraje limitado, con cuñas en la COPE, y anuncios gratuitos, de pura amistad, en El Triangle. Faixut, escribiría el comentarista de la revista, y Victor Saura me recriminaba la mezcla de nombres ficticios de mi primera novela con el desarrollo del caso. Yo no pretendía un relato periodístico donde todo publicado menos mis intimidades y la verdad sobre el Caso Consorcio, sino una novela donde afloraran las consecuencias de tanta corrupción. Alguien en “busca y captura” denunciando en 892 páginas, y “primera parte”, a la flor y nata de la sociedad barcelonesa y sin más censura que su propia ignorancia. La policía no se molestaba por encontrarme, pero alguien añadió su granito de arena. Las denuncias falsas no se detuvieron con la que interrumpí la condena. 
En una de mis meteduras de pata, me entrego con verdadera afición, varias entrevistas, y aportación de documentos, al periodista Oriol Malló escribiendo la biografía del ya popular ex juez Pascual Estevill. Premio de la Generalitat, y amigo de mis amigos del Triangle. Lo de la Generalitat me hizo torcer el morro. El antipujolismo del Triangle, superado por el mío, contribuyó a lanzarme, convencido de difundir la verdad sobre mi ex abogado. Mi afición a la lectura y librerías me puso ante el resultado. 
“Seréis como Dioses”, “Vida y andanzas de Luis Pascual Estevill”. En una entrevista, pasados cuatro años, compungido porque Pascual le indujera mintiéndole, decía, varió un poco el concepto que el periodista me produjo al leer semejante engendro. Una pena, se perdía una oportunidad. Sin elevar a Pascual a los altares, razonaba sus actuaciones, las pocas que sabía llegarían a juicio. Si lo hubiera escrito él, una hagiografía, y ya pillado con las manos en la masa, no lo hubiera hecho mejor. Editado por Espasa Calpe SA, con gran difusión, y por suerte con éxito precario. ¡Que fácil es editar para alguno!
En cuanto a mí, no había entendido nada, o enmascaró lo posible. “Se descubrió que Del Barco y De la Rosa habían hecho negocios juntos. Importó muy poco que Del Barco, aquel comerciante de muebles metido en negocios inmobiliarios, y Fernando Serena, vendedor de coches de lujo, no supieran nada de las actividades delictivas de don Antonio”. Los muebles e inmobiliario, al revés, pero de agradecer, y en cuanto a nuestras relaciones con Antonio reflejando la exacta realidad. “la verdad es que la familia de De la Rosa se dedicó a calumniar a aquellos dos ingenuos como presuntos instigadores de la mala vida del patriarca y que toda la prensa de la época los consideró igualmente responsables”. En línea con mi exposición, y en contestación prioritaria con el propio Pascual. Un juego intelectual interesante para los dos. Y en ese “pin pon” mi ex abogado me perdona el convencimiento sobre su torticera intervención, o venta pura y dura. Mentalidad de gran macho perdonando la infidelidad de una amante subordinada. Dice, era natural que no me fiara de nadie ante como se desarrollaran los hechos y mis años de cárcel, y prueba de su entrega le dicta al periodista; “... por la defensa que hizo de Del Barco. De la Rosa, muy enfadado hizo todo lo que pudo contra él”. Vetó su nombramiento en la sección de banca de los médicos, dependiente del Banco Garriga Nogués, y afirma que su veto, con su peso de gran potencia en Barcelona, le hizo perder clientes. De la Rosa, decía, “Si eres cliente de Pascual, eres enemigo mío”. Una primicia de las reacciones de Javier ante mi ataque y denuncia en el 80. 
En ese registro cuenta el primero de los casos en Tarrasa por el 90 con sabor y olor a extorsión. Nutrexpa, Cola Cao, la conocida empresa de alimentación. Mostrado el auto de prisión a cuatro de sus ejecutivos, se rectificó. Y escribe, “En aquellas diligencias, Pascual tuvo -tras muchos años sin hablarse siquiera- su primer contacto directo con Juan Piqué Vidal, abogado de la empresa, a quien se le llamaba Giovanni por su turbia carrera como palanganero e intermediario entre la burguesía y la justicia. Hacía doce años que ni le saludaba porque Pascual había sido el defensor de Del Barco en el caso de la Zona Franca y, por lo tanto, se convirtió en anatema para todos los amigos de Javier de la Rosa. Con sus reverencias hasta los pies y su talante peloteril, virtudes recuperadas en Tarrasa, no quería Pascual que los empresarios de Nutrexpa se creyeran que Piqué había podido amañar su resolución y menos le gustaba aun que aquel abogado se apuntara el tanto ante sus defendidos”. ¡De antología!. Para mentir es necesaria la memoria, y ni los años coinciden.
Embarullándose acusa al abogado Juan Velayos Balcels del traicionero ingreso de 25 millones en su cuenta del Banco Darier en Suiza, guardándose el ingreso para desacreditarle y acusarle. Beatífica exposición impropia de un primer espada. Y parecido el resto del libro. Una ofensa a mi experiencia, peor que la palabra “bobo”. Sin discusión, ante mi abogado, o el periodista, me comporté a lo “pájaro bobo”, y me desplumó. Le perdoné a Oriol la tendencia del libro porque pasados veintiún años algo se rectificaba de mi participación en el caso Consorcio, sin por desgracia mover ni un ápice las versiones de la gran prensa. Leyendo entre líneas, sus referencias completaban mi global visión de los personajes y los hechos, deseando que por diferentes ángulos surgieran más orioles. 
Simpático leer sus relaciones con Antonio Parés del Hotel Ritz, corta exposición, nombrando al general Serrano Ariz, inversor y en nómina de la Cooperativa de Crédito por la fusión del Instituto de Crédito Cooperativo. 
Hasta anunciado el gran juicio, grande reducido a la nada, mantuvo que apenas conocía a nadie, al igual a cuando yo le preguntara si tenía alguna relación con Piqué Vidal y De la Rosa, respondiéndome de la Universidad. 
De antología la exposición de la batalla final, expulsado del Consejo General del Poder Judicial, condenado por el Supremo como autor de un delito continuado de prevaricación, en concurso ideal con dos delitos de detención ilegal, a la pena de seis años de suspensión relativa al ejercicio de cargo de Juez o magistrado.!Benevolentes sus señorías!. Comprensivos con las debilidades de sus colegas. Y lo significativo, el sinuoso juego de la enmarañada política entre miembros de la Judicatura. La asociación de “Jueces para la Democracia” denuncia en octubre del 95 que “un vocal del mencionado Consejo, don Luis Pascual Estevill, está imputado y denunciado en procesos judiciales penales de los que está conociendo el Tribunal Supremo. Tal circunstancia determina, sin duda alguna, una quiebra de la confianza política”. Reación de la oponente “Asociación Profesional de la Magistratura”; “una instrumentalización del ordenamiento jurídico, en una burda maniobra encaminada a alterar el régimen de mayorías en el seno del Consejo”. La expulsión de Pascual altera la “democracia” judicial. 
Lo de menos si el juez, un sinvergüenza o loco (los había por doquier), lo trascendental los equilibrios de su política, el Poder. ¿Quién desconocía en las tres asociaciones profesionales que la propia aceptación de las denuncias en Barcelona, minutos antes de su nombramiento, no tenían más objeto que intervenir en la política interna de ascensos a la cúspide judicial?. Una suerte no calculada por el denunciante Marugán, que ni Obregón en el 91, ni otros muchos denunciando a jueces, tuvieron ni tendríamos. Los que se rasgaban las vestiduras debieron intervenir de oficio por imperativo legal desde años atrás. La denuncia de oficio es un pecado contra la omertá, utilizada ante ascensos o políticas ajenas, y aun así se busca un desconocido tercero, o la “acción popular”. Y los fiscales también intervienen en el CGPJ y su política, durante años el socialista fiscal Martínez Zato pesó demasiado.














Edición del martes, 26 septiembre 2000, página 63 Edición del martes, 26 septiembre 2000, página 63 LVG Barcelona
de sus cuentas por los que fueron sus gestores hasta 1992. Justo ocho años después del comienzo del proceso judicial con- tra Javier de la Rosa y sus colabora- dores, el equipo jurídico de Torras ha localizado sustanciosas porcio- nes del botín desaparecido


Edición del viernes, 03 marzo 2000, página 78 Edición del viernes, 03 marzo 2000, página 78
LVG Barcelona
de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Barcelona por haber beneficiado con sus resoluciones, “de forma tan sistemática como in- justa”, a Javier de la Rosa. Los ac- cionistas, representados por Javier Bruna y José María Davó, acusan a losmagistrados


Edición del viernes, 26 mayo 2000, página 86 Edición del viernes, 26 mayo 2000, página 86
LVG Barcelona
De la Rosa recibe su primera condena penal en Espa��a Cuatro meses de arresto por un millonario intento de estafa a KIO Javier de la Rosa, al acudir al juicio, en marzo pasado IGNACIO DE OROVIO BARCELONA. – Primera conde- na en España para Javier



  1. De la Rosa debe depositar 500 millones de fianza para ... - El País

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    La juez Palacios revoca la situación de arresto domiciliario del financiero. EL PAÍS - Barcelona - 17/02/2000. El ex financiero Javier de la Rosa deberá ...
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