Barcelona 25-03-2012. La festiva Barcelona de esta mañana no era consciente del “destino en lo universal” que le asignaban los pujolistas desde Reus. Dieciocho mil participantes corrían muy aplaudidos el maratón ciudadano, y con un día tan primaveral que ha sofocado a decenas de esforzados corredores. Les he envidiado, hace 51 años, en la mili, completé dos maratones.
Si ayer Artur Mas nos conducía a Ítaca (el sueño de Ulises), esta mañana paseando por Barcelona la imaginación podía trasladarnos a la Utopía de Tomás Moro, tan alejada del erial donde nos han conducido pujolistas y Tripartito. Un paraíso imposible en el que cosa extraña no me he tropezado con los ya casi diarios manifestantes… quizá por la tarde.
El último discurso de Artur Mar quitaba hierro al de ayer. Parece que no comprará misiles para defender su independiente estado (la independencia no existe sin misiles y la máquina de imprimir dinero) por lo que los esqueléticos subsidios sociales no peligran más de lo que ya peligraban antes de ese Congreso del CDC.
Tampoco enviará a su “embajadora” en Berlín, una tal Mar Ortega Puertas, de 30 años (que no sabe alemán y nunca ganó unas oposiciones que justifiquen su alto cargo) a negociar la incorporación de Cataluña a la Eurozona, por supuesto sin asumir la inmensa e impagable deuda española. Lo de la Catalunya Nord… ni mentarlo.
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