Rafael del Barco Carreras
Barcelona 30-06-2011. Vulgarizando; sus señorías ante la posibilidad de no cobrar a fin de mes, o lo que es lo mismo que el País se declarara en quiebra, aceptan las medidas que obligan sus acreedores, Alemania y Francia. Quien no tiene dinero para ser “soberano” ha de renunciar a su soberanía.
En rocambolesca teoría hubieran podido decidir salir del euro y emitir dracmas para cobrar a fin de mes. ¡Se les ocurrió! pero las perspectivas hasta para el más ignorante en materia financiera hubieran sido catastróficas. Si los “recortes”, plan de austeridad, o desmontar el País tal como hasta ahora se entendía, es decir, vivir en un déficit continuo, o lo que es peor, en una corrupta juerga político-financiera, mintiendo en todas las estadísticas y presupuestos, subvencionando empresas públicas, parapúblicas o privadas, con criterios de amigismo, oportunismo político o particulares intereses, permiten mantenerse en el euro, se intentará, o eso se aprueba en el Parlamento.
Pero la cuestión no es desmontar el modus vivendi político, sujetar la corrupta clase política, sino que el ajuste conlleva sin remedio recortar sueldos (públicos y privados) y pensiones, más subir impuestos.
Hacer una traducción española es tan aplastantemente lógico que parece de Perogrullo. Que Zapatero iba y va a París a pedir dinero es de pizarrín. Digo que le resultará más fácil la traducción simultánea con Sarkosy que con Merkel, o ni siquiera necesita gran diálogo; con “más money” basta. Que un francés entienda los enredos españoles entra en los tópicos, tanto como que ningún teutón admite la doble dialéctica o disociación entre la Ley y práctica española. Alemania, Siemens, que pagaba comisiones a través de su propio embajador en Madrid para obtener el contrato del AVE a Sevilla, se muestra inflexible cuando se percata que no solo le han estafado sino que le presionan para que los euros fluyan hasta el infinito y “seguir el despilfarro y latrocinio”.
Pero Grecia y España, propio de “seudodemocracias corruptas” tienen unas diferencias de renta inmensas, con millones de individuos rayando la pobreza, o metidos en la miseria. Cualquier ajuste aumenta los límites sociales y conduce a la economía sumergida en sus dos vertientes; “ética”, miserables talleres clandestinos o empleo sumergido, o “delincuencial”, drogas, prostitución, y demás.
Puede que la satisfacción de Merkel ante más abundante mano de obra barata que mejore la “competitividad europea” se vea a la corta más que a la larga enturbiada no solo por la conflictividad social sino por el aumento de las fuerzas de seguridad del Estado en la Europa Mediterránea. Sería deseable que además de exigir “recortes drásticos y subir impuestos” ordenara un aumento de las pensiones y subsidios sociales mínimos, aunque no alcanzaran ni de lejos los suyos que cubren una hipoteca en el Levante español. Política y medida garante de la paz social.
Que España no es Grecia, lo repiten a diario nuestros políticos. Y cuanto más lo dicen más me lo parece, pero con cifras inmensamente peores en cuanto España, porque si en Grecia la Burbuja consistía en hinchar el Estado y “paraestado” a beneficio de sus políticos, aquí igual (más las autonomías) pero con la Burbuja Inmobiliaria que arrastra a la Administración Pública a la mayor de las quiebras que recuerda la Historia de España.
El euro, el abuso del dinero abundante y barato, ha aumentado la riqueza de una casta político-financiera española que se encontraba en el lugar adecuado y el momento justo; un País metido de hoz y coz en la Gran Corrupción.
Y el abuso mediático para que aceptemos con resignación los irremediables “recortes” no apunta en que los “recortados” pueden exigir con métodos hasta no muy pacíficos que la casta político-financiera desmantele su estatus… que debería ser la primera de las premisas o recortes.
¡Veremos que ocurre!
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