lunes, 1 de noviembre de 2010

BUFETE PIQUÉ VIDAL O PIQUÉ ABOGADOS ASOCIADOS VISTO POR ANTONI PIÑOL.

Rafael del Barco Carreras



Barcelona 1-11-10. Si el caso Hacienda de Barcelona solo recuerda a Juan Piqué Vidal como una sombra (representa el bufete Mireia Astor), el caso Millet le sitúa en el principal ramal de las cloacas de Barcelona, y merece la pena sopesar su personalidad y maneras para valorar las sorpresas que sin duda nos deparará un caso que junto al Pretoria definen la Política o Gran Corrupción barcelonesa, y que mejor que lo escrito en “La toga manchada de Piqué Vidal” 1998 por su secretario durante casi veinte años, Antoni Piñol:



Dice la contraportada: “…aspectos inéditos de turbias operaciones protagonizadas por este letrado. El presidente Jordi Pujol, Javier de la Rosa o La Caixa son algunos de los clientes del bufete Piqué Abogados Asociados.”



“Hemos podido ver, a grandes rasgos, que era cierto lo que el propio Piqué solía pregonar: que para él, su despacho, su bufete de abogados, no era sino su particular negocio, y que muy poco le importaba si su riqueza aumentaba por defender a los que iban a solicitar sus conocimientos jurídicos o a base de criar cerdos y gallinas.”



“Así, salvo unos pocos que le conocíamos bien, pasaba por ser una persona de una humildad franciscana. Qué ironía y qué mayúsculo error. La soberbia, siempre soterrada pero siempre también omnipresente, le dominaba. Y la robusta vitalidad de esa soberbia se veía arropada y garantizada por el riesgo constante de tal prepotencia con sus subordinados, que en fuerza e intensidad solo era comparada al servilismo que derrochaba con quien consideraba que era superior a él en el campo estricto del poder y del dinero”.



“Todo aquel proceder de superjefe tenía amargados a la mayoría de integrantes del plantel de licenciados en derecho o en economía, entre los cuales los había que reunían en su currículum ambas licenciaturas. He dicho la mayoría y no a todos porque, como en todas partes, había individuos para los que cuanto hacía Piqué estaba bien hecho; eran los clásicos “pelotas”, alguno de los cuales habían llegado a desprenderse incluso de la más mínima o irrenunciable capacidad de razonar”.


Yo difiero de ese “desprenderse”, eran tan delincuentes como él, pero han tenido suerte, o que el inmenso peso de su jefe ha absorbido una culpa que hubiera debido ser repartida, y desde luego cerrado, como siempre digo, ese nido de gangsterismo.



Los por suerte centenares y miles que consultan en mis escritos sobre un personaje y su gran bufete que por si solo define y concentra la hipocresía y doble juego de la burguesía y políticos barceloneses me piden más detalles, y yo debo recordar que no soy su biógrafo sino una de sus víctimas, advirtiendo sobre el peligro de encomendar la defensa a semejante individuo y por ende a cualquiera de su entorno.



Si ayer escribía sobre la hipocresía incluyendo en mi comentario la incongruencia de la apertura del burdel de La Junquera, hoy añado debería atribuir a la Gran Corrupción barcelonesa, ¿o a los fiscales jefes vitalicios José María Mena y Carlos Jiménez Villarejo? la existencia de ese bufete.



La emisión por Tele 1 de ayer por la tarde de la gran película La Tapadera me empuja a repetirme. Su recuerdo no me amargó la excelente película, leída la novela cuando recién estrenada por el 93 yo intentaba obtener la máxima información de sus víctimas mis compañeros de la primera galería y de geriatría donde me encargaba del economato.



Incluyo en imágenes de http://www.lagrancorrupcion.blogspot.com parte del prólogo, y las páginas 62-65 para entender la idiosincrasia de Piqué Abogados Asociados.















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