Narcís Serra fue quien pasó a Felipe González el informe falso para volar la cúpula de ETA.
Rafael del Barco Carreras
Barcelona 13-11-10. Un tema incómodo el despertado por Amedo acusando a Rubalcaba, y muy agravado por Felipe González. Ni la Oposición quiere hincar el diente, pero hubo condenados, y aunque se cuidaron de librarles del estricto cumplimiento de sus condenas, nadie guarda esas fidelidades de por vida y se van añadiendo más confesiones… y víctimas.
Siempre he creído a Serra capaz de inventarse documentos y crear falsedades si cuadraban con sus objetivos, que en ese caso no sería volar una cúpula de ETA que no existía. Se divertiría con González elucubrando como matar de un solo tajo a todos los dirigentes etarras. Un abogado laboralista y un empleado de la Diputación de Samaranch convertidos en todopoderosos dueños de vidas y haciendas. Las notas de su piano añadirían refinamiento burgués catalán a tanto asesino de pasillo recibiendo los partes de los Amedo, Domínguez, Álvarez o Galindo. Las etarras no estaban donde decía el informe pero los “millones de los fondos reservados” si lo estaban y desaparecieron. Entonces se cifraron en 20.000 millones ¡pero vete a saber!
Rasputín, dueño de su entorno. Fracasado en su juego con ejércitos, espías y asesinos, vuelve a Barcelona tras librarse por extraños vericuetos de ser juzgado por asesinato y demás. Se dedicará a otro de sus grandes caprichos “hacer de banquero”, y a la par consejero de Gas, Agua y Telefónica. Me recuerda a Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco, al que como pago a sus servicios le entregan Barcelona, a la que exprimirá con Fomento de Obras y Construcciones SA. Y como tampoco lo de banquero sale bien, ¡a él si!, ¡a quien no le sale bien es a Cataluña! pues hunde su caixa tras más “fondos en negro”… entra a formar parte del equipo Montilla, personaje de su creación. Sin duda debe tener un magnífico archivo privado que le cubre las espaldas y le mantiene en el impune Olimpo del Poder.
Cuando en el 80 me dijeron que los terrenos del Consorcio de la Zona Franca en Montornés eran falsos (actual Circuito de Cataluña), y que yo me había puesto de acuerdo con Antonio de la Rosa para encubrir el desfalco, atribuí la maquinación al banquero Javier de la Rosa puesto que casi todos los talones del Consorcio se ingresaban en su banco en cuentas falsas, y así lo apunté al corrupto juzgado. Con los años me convencí que Narcís Serra, acusador privado, tenía mucha más participación en la inventada historia. En definitiva se trataba de salvar a Javier de la Rosa a cambio de financiación para el PSC y sus hombres. Alardeó de haber montado una selecta sección de la Guardia Urbana para descubrir el caso Consorcio. Así inició su tortuosa carrera política.
Publica Libertad Digital:
“Narcís Serra envió a González los informes para "volar la cúpula de ETA"
Según informa La Gaceta, el que fuera vicepresidente y ministro de Defensa con Felipe González, Narcís Serra facilitó al entonces jefe de Gobierno un informe del Cesid que le proponía "volar la cúpula de ETA", hechos que confesó el propio González en El País.
Narcís Serra, ministro de Defensa entre 1982 y 1991, fue el encargado de facilitar a Felipe González los informes en los que se proponía "volar la cúpula de ETA" durante una reunión que mantenían en Francia, tal y como confesó González en El País. Poco después, Serra fue nombrado vicepresidente del Gobierno hasta que salió del Gobierno en 1995 por los escándalos del Cesid.
El informe que llegó a manos del entonces jefe de Gobierno fue realizado por el antiguo Cesid, antigua denominación del CNI. Sin embargo, Rafael Vera indicó que el informe estaba "intoxicado", es decir, que el documento era falso. Y era Serra el que en esos momentos controlaba los servicios secretos españoles.
A pesar de ello, Felipe González maduró durante un día entero la posibilidad de volar la cúpula etarra en Francia. Fue tiempo después cuando desde el Ministerio del Interior detectaron la "intoxicación" del informe. Una vez descartada la acción terrorista se percataron de que era una información falsa puesto que la reunión de la dirección etarra ni siquiera se iba a celebrar en el lugar señalado por el informe del Cesid.
El hecho de que González se pensase seriamente si dar el visto bueno a esta acción cobra relevancia porque, de haberse llevado a cabo, se habría reabierto el terrorismo de Estado puesto que los GAL ya habían dejado de actuar desde el asesinato de Juan Carlos García Goena, que fue confundido con un etarra. Curiosamente, su viuda acusó esta semana a Felipe González de haber sido el responsable directo del asesinato de su marido.”
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