Rafael del Barco Carreras
8-05-10. Por primera vez en su reinado me da “tranquilidad”. Salgo del metro frente al Clínico y lo veo tomado por las cámaras y público. Vivo a unos cien metros, y aunque jamás en mis 70 años he necesitado de sus servicios (atribuyo mi excelente salud a que ni fumo ni bebo, ni menos las “orgías" que mis prevaricadores jueces me atribuyeron... y de deporte el justo, sin machacarme), que el Rey decida su intervención en esa institución que un día u otro visitaré... me da confianza y “tranquilidad”. La que no me proporcionó cuando Narcís Serra y sus corruptos se beneficiaron de mis tres años de prisión preventiva.
Un nombre curioso el del médico que le opera, Laureano Molíns López-Rodó. A los jóvenes, ni el nombre ni los apellidos a buen seguro les suenan. Un patronímico opuseino, OPUS DEI, donde los haya.
El Rey reina pero no gobierna. Tópico, que en la España del posfranquismo dudo que sea del todo cierto. Aquí nada es lo que parece. Pero gobierne o reine, ahora, cuando los corruptos se han comido o transferido a Suiza, y semejantes, el botín del fraude piramidal inmobiliario, y los europeos deshojan la marjarita del euro o continuar prestando, puede que no sea el mejor momento para una sucesión.
Quizá lo de “el Rey ha muerto, !viva el Rey!” añada otro gran problema. ¿O no, o sí, y todo lo contrario?
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