sábado, 9 de enero de 2010

TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS.

BALTASAR GARZÓN Y ENRIQUE VERA.


Rafael del Barco Carreras


CONTAMINADO. Lo de las incompatibilidades no cuaja en el funcionariado y abogados españoles, y menos en los jueces estrella. Los dos personajes me despiertan inquina por su prepotencia oficial, el “todo vale”, en definitiva el doble juego donde se imparte Justicia a beneficio de preconcebidos intereses, da lo mismo si la Justicia la tuerce el dinero o la ambición social y política de quien la imparte. Por suerte, algunos españoles, pisoteados los derechos básicos o arrastrados por el juego de los poderes personales, agotadas las instancias españolas, han conseguido que Estrasburgo rectifique los infinitos abusos o torticera historia judicial del Reino de España. Hasta la ONU ha condenado a España porque el RECURSO AL SUPREMO no cumple los requisitos de la SEGUNDA INSTANCIA a la que obliga la CARTA DE DERECHOS HUMANOS DE LA ONU, pero como bien dijo Manuel Jiménez de Parga, Presidente del Tribunal Constitucional, esa Instancia, la ONU, no tiene jurisdicción sobre España. Otro personaje CONTAMINADO, formaba parte del Gobierno de la UCD que se querellaba contra mí a través del Consorcio de la Zona Franca, y su bufete en Barcelona cobraba del Ayuntamiento actuando de acusador privado. ¡Miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas!.

Por los 80 conocí en La Modelo a los de los casos Escala y Viola, arrancadas las confesiones con la tortura. Bañera, barra, bolsa de plástico, palizas y días sin dormir, tras lo que se confiesa lo que el interrogador quiere y pretende… lo habitual por entonces. Recurrieron y ganaron en Estrasburgo, pero las torturas y años de cárcel, imposibles de retrotraer. De la tortura a tachar a Garzón de CONTAMINADO se ha recorrido un largo camino, no del todo superado como demuestra la reciente condena a unos “mossos de escuadra”, la Policía Catalana que debía superar las prácticas franquistas de la Policía Nacional.

No puedo evitar repetir los recuerdos de cuando mi abogado Pascual Estevill, tras recurrir al Supremo y Constitucional por el nombramiento de un JUEZ ESPECIAL y hasta el de un TRIBUNAL ESPECIAL, me decía que recurriría a ESTRASBURGO, que se estaban vulnerando todos nuestros derechos. Dos años de cárcel, y los recursos perdidos en la PEPELERA DEL SUPREMO, me gritaban que ni Estrasburgo ni gaitas, lo primero a decidir se imponía cambiar de abogado. Tampoco me sirvió de mucho, el nuevo era SOCIALISTA de los de Narcís Serra (mi acusador privado), Gonzalo Quintero, al igual que su socio Francesc Jufresa (ahora defensor de Javier de la Rosa), y encima también me enteraría después por la prensa que se hizo amiguete de Pascual. Yo en La Modelo, y Rafael Jiménez de Parga, Gonzalo Quintero y Pascual Estevill, en el selecto restaurante del Paseo de Gracia, LA PUÑALADA, su club privado, gastando mis minutas, las del Ayuntamiento, y el abundante dinero de Javier de la Rosa.

Condenado a los TRES AÑOS pasados en prisión, cumplida la condena antes de ser juzgado, consideré que ya había pagado suficientes inútiles minutas, y cuando años después mi compañero de infortunios BRUNA, abogado, condenado a 23 años, me hablaba de querellarnos para anular la sentencia por la SEGUNDA INSTANCIA y el TRIBUNAL CONTAMINADO, llegando hasta ESTRASBURGO, que con seguridad la anularía, había perdido no solo la FE EN LA JUSTICIA, si alguna vez la tuve, sino en la de todos los integrantes de LA JUSTICIA ESPAÑOLA, abogados incluidos.

“Si decidieran JURADOS, recuerdo que le contesté… me lo pensaría”







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