ACUSADOS, RAFAEL JIMÉNEZ DE PARGA, ALFREDO SÁENZ ABAD Y OTROS.
Rafael del Barco Carreras
Hasta el lunes 11-05. Un paréntesis. Se juzgan 40 años de una forma de hacer de las clases dirigentes barcelonesas, y los cinco oyentes, tres tomando notas, periodistas y yo, y dos supongo abogados, definen el escaso interés despertado. Diría que el interés se centra en el banquero, Alfredo Sáenz Abad, segundo de Emilio Botín. Para mí, su presencia en el juicio, es secundaria. Los buitres, abogados y juez, utilizaron la denuncia del Banesto, como lo hicieron con tantas otras para extorsionar a clientes propios y ajenos. Clientes que unos, no tenían ni idea que su abogado, el de la parte contraria, y hasta el juez, iban al unísono a por su dinero, o culpándole librar a otro que pagaba más, y otros, maldecían su mala suerte, porque eran muy conscientes de la tela de araña en que cayeron.
En las cuatro sesiones, en casi exhalaciones, se han nombrado directa o indirectamente a todos los grandes poderes y empresas barcelonesas. Quizá soy el único de los presentes que deduzco que FALSIFICAR es propio de mi gran Ciudad. Lo mismo se falsifica si se factura con iva o en negro, que en una gran y doble contabilidad, en cuentas falsas en la banca, terrenos que no existen, denuncias, o las actas en un juzgado.
Muy curioso que los abogados defensores, al carecer de pruebas de las relaciones de los acusadores y antes acusados con Banesto y Harry Walker, objeto del juicio, lejos de referirse a las citadas en un acta judicial firmada por el Juez Pascual y su defendido Jiménez de Parga, conscientes de su falsedad, se dedican a desacreditar a los declarantes, gente rica y con conexiones suizas. Se nombró más a una gran inversora suiza GESTOR que a Banesto. Iban a por el “algo harían”. Ni yo, ducho en banca, entendía nada.
Así se justificaba el juez Luis Pascual Estevill, látigo de los grandes burgueses catalanes, todos tan tramposos, que él y su grupo de grandes bufetes “asociados” se dedicaron a vaciar sus cajas fuertes. Alfonso Escámez y los suyos, Banco Central, sacaron 300 millones de FECSA, de 50 en 50, en bolsas del Corte Inglés, contaron… a Bertran de Caralt, familia Güell, le pedían la misma cantidad, pero en nuestro breve encuentro en La Modelo, 1993, le recomendé cambiar de abogado, Piqué Vidal por Octavio Pérez Victoria, también íntimo del juez, pero hombre más moderado, que sin duda moderaría la ansiedad dineraria de Pascual, ludópata empedernido. En juicio mantuvo que él no pagó al juez, pero los solo seis días en La Modelo, en la celda contigua a la mía, me confirmaría lo contrario. Sitúo la escena para que quienes me acusan de mentir puedan comprobar en lugar de insultar. Varios de los que no pagaban, porque no tenían dinero, permanecieron en prisión mucho más tiempo.
Imaginarle llegar con el Jaguar y Montecristo en la boca a su gran y preciosa mansión en Sitges, contar el dinero, e irse al cercano Casino de San Pere de Ribas, asiduo, no requiere demasiada imaginación. Aunque el tener allí “cuenta abierta”, ilegal, (yo presencié su firma en una ficha el día antes de que me encarcelaran y celebrando con él un supuesto sobreseimiento de mi caso Consorcio) hace innecesario sacar el dinero de las bolsas y así se ingresaban en los bancos cercanos a su bufete. Alguna bolsa pudiera figurar en el HABER de esa ilegal cuenta compensando las enormes pérdidas que cualquier ludópata sufre en los casinos (o blanqueando) y máxime si el dinero le entra con tanta facilidad. La absoluta creencia en su IMPUNIDAD se convirtió en una más de las pruebas acusatorias.
Me pregunto cuantos de los 25 millones de aquel domingo 10-09-94 fueron a su bolsa y cuantos a la del abogado Jiménez de Parga que proporcionaba clientes y falsedades. El tema da para tantos limitados comentarios en Internet… que seguiré… sobretodo tras la declaración del propio Pascual Estevill…
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