LA VIEJA TRADICION
DE LAS FIRMAS EN BLANCO
Rafael del Barco Carreras
Desde la máxima confianza en secretarios o contables para el relleno de farragosos y repetitivos documentos en expedientes o segundas contabilidades, hasta la estafa, cohecho, prevaricación o robo descarado. El DIVINO DALÍ decía que si lo que pagaban de sus cuadros era la firma pues TOMA FIRMAS.
En mi vida me he encontrado varias veces ante firmas en blanco. Tuve en las manos las litografías de Dalí, comercializadas en la Barcelona de los 70 por uno de los allegados del Divino en declive, pretendiendo 300 mil pesetas de entonces. Era una especie de pene rojo y lo mismo lo pudo estampar Dalí que un alumno de guardería en su delirio de pedo, caca y culo. También las contemplé colgadas en un célebre bufete de Barcelona. Pero otras FIRMAS EN BLANCO, ver en www.lagrancorrupcion.com, no me hicieron tanta gracia. Un breve recuerdo.
1980. El nuevo equipo del Ayuntamiento en el Consorcio de la Zona franca, con Pascual Maragall de Delegado, publica que se encontraron talonarios bancarios firmados en blanco por Antonio de la Rosa Vázquez, pero cosa extraña no quisieron involucrar a los hijos de Antonio que los manejaban ingresándolos en el Banco Garriga y Nogués, a deducir por mis declaraciones y denuncias, surgidas de sus propias aportaciones de documentos al sumario. Efecto causa sin discusión, su secretaria en el Consorcio, la hija, Pilar de la Rosa Martí, el jefe del departamento técnico, Fernando de la Rosa Martí, y Javier en el Banco.
1981. Las firmas en blanco en las facturas y recibos de los proveedores en el Economato Central de la cárcel Modelo de Barcelona y que por desgracia me tocó a mi rellenar, todas con la misma máquina, para que cuadraran con los números de Don Daniel previamente ajustados, y que se remitían a Madrid.
1993. Las de la jueza REMEI BONA en Brians en que solo faltaba rellenar el nombre del recluso a pasar por los RAYOS X para descubrir si llevaba droga en el ano. Viví y sufrí la obsesión de la droga con flexiones encima de un espejo en el suelo para que el funcionario viera claramente si asomaba algún cordel por el culo. Ignominia y degradación que nunca se aplicó a funcionarios y empleados de firmas proveedoras entrando droga descaradamente. Muy duros los meses pasados de ordenanza en la enfermería de Brians con el SIDA y la DROGA englobándolo todo, y lo peor las nueve o diez negativas de permisos, firmadas por la misma Juez de las autorizaciones, y la que años después justificaba el retraso en la instrucción del caso Pascual Estevill en su falta de estanterías para guardar el voluminoso sumario. A recordar los años en que Piqué Vidal y su Juez Pascual Estevill sembraban el terror en los Juzgados, y no solo en justiciables sino entre los mismos jueces por Delegado para Cataluña del CGPJ, Consejo General del Poder Judicial. ¡Y a mí se me ocurre, desde la cárcel, editar una novela donde claramente reflejaba su asociación y negocios mafiosos, y hasta en plena realización la estafa de Gran Tibidabo!.
Y 2003. El mismo psiquiatra de las CLÍNICAS ABORTIVAS, que firmaba en blanco porque no podía atender a las a veces hasta cincuenta mujeres en las salas de espera (como la jueza Remei Bona no estaría al pie del cañón en las entradas de presos o registros de BRIANS), firmando para la JUNTA DE TRATAMIENTO, recomendaba al JUEZ JOSÉ LUIS ALBIÑANA OLMOS de Vigilancia Penitenciaria, y en la actualidad Magistrado de Sala, y en sus tiempos Presidente por el PSOE de la primera Generalitat Valenciana, el Tercer Grado para Javier de la Rosa Martí, y se lo concedería, después de varias negativas, con el razonamiento del ARREPENTIMIENTO. ¡Gracioso ese arrepentimiento!, tanto como el propio expediente de Brians pasándose por la entrepierna con dos concesiones de Tercer Grado y uno de 100.3 en tres meses toda la normativa burocrática y reglamentaria, y además concedido mientras se auto defendía en uno de los juicios madrileños proclamando a jueces y prensa su absoluta inocencia. Pero si su señoría se mostró proclive con De la Rosa, no conmigo, que salí el 28-10-2004, siete días después del cumplimiento total, y ante la visita e insistencia de mi mujer y abogado, él estaba de viaje.
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