JUICIO GRAN TIBIDABO
¿Quién falta en el banquillo?.
Rafael del Barco Carreras
Un tal José Ruiz, con agentes captadores, consigue en los años 90, 30.000 mil millones de unos 10.000 ahorradores. Paga comisiones a sus captadores e intereses a sus inversores al margen de las “normas oficiales”, y sus acciones tienen el valor que él marca para seguir captando más dinero. Lo clásico, la mecánica de cualquier pirámide. También lo normal en la creación de tantos grupos financieros españoles, quebrados por fraude. Pero a diferencia de otros, éste invierte el dinero, que resta después de pagar el elevadísimo coste de continuar captando, en operaciones de ventas a plazo, leasing, cargando fuertes intereses. Y un buen día llegan los inspectores del Banco de España y la CNMV, Comisión Nacional del Mercado de Valores, y le dicen que se acabó. El hombre firma lo que le ponen delante para no parar de inmediato con sus huesos en la cárcel, y el “chiringuito financiero” pasa a manos “oficiales”.
La segunda parte, la que debería dilucidarse en el Juicio actual, pasados dieciséis años, es el porqué, cómo y quién decide que esas operaciones a plazo, las letras a cargo de compradores de coches, maquinaria o todo tipo de bienes “muebles e inmuebles”, los 30.000 millones que cubren a todos los inversores se abonen en el BANCO HISPANO AMERICANO, convertidos en dinero contante y sonante. Un banco debatiéndose entre posibles fusiones para apuntalar su existencia, presidido por José María Amusátegui, abogado del Estado procedente del “club de altos cargos franquistas”, que con su segundo Corcóstegui cobrarán la indemnización más fabulosa del Mundo por jubilarse un año antes de la edad reglamentaria, 109.000.000 de € casi 18.000 millones de pesetas para el SEGUNDO y unos 4.000 millones para él. Tan extraña la diferencia entre uno y otro, y tan anormales las astronómicas cifras que se denunciaron, rematando lo rocambolesco la sentencia de “inocencia”. Amusátegui conocía desde mucho antes a Javier de la Rosa, interviniendo en el fiasco del Banco de Madrid de los Franco. Insisto que en ese “poti poti de historias y supermillones” desaparecieron mucho más de 30.000 millones, entre otros las acciones de los grandes bancos propiedad del grupo TORRAS-KIO, paquetes mayoritarios perdidos por las cuentas no contabilizadas de las propias filiales bancarias en paraísos fiscales, con otra sentencia de INOCENCIA.
TOTAL. Primero nadie preguntará a Don Mariano Rubio, Gobernador del Banco de España, que también pasó por la cárcel, o a sus sucesores y coetáneos en la Inspección del Banco, o a Luis Carlos Croissier, Presidente del CNMV (hombres del Ministro de Hacienda Carlos Solchaga), porqué permiten ese abono “regalo” a quien se dio de baja en el “Registro de Altos Cargos de Banca” por su desastrosa actuación en el Banco Garriga Nogués, 1985-6, y en cuanto a Bolsa, sus manejos con las acciones del Grupo Torras-KIO son de escándalo “alterando precios”, 1988 al 90, sin olvidar, y bien recordada por el Vicepresidente de aquel Gobierno, Narcís Serra, su implicación DIRECTA (según firmó el Juez Especial José Álvarez Martínez, sin implicarlo) en el Caso Consorcio de la Zona Franca, que el mismo Serra descubrió y denunció, 1975 al 80. Y más, cómo se fabrica una OPA con el propio dinero de la intervenida sociedad Consorcio Nacional del Leasing SA.
Ellos contestarían ante un tribunal que esas arbitrariedades y hasta actuaciones delictivas las ordenó “alguien”... y ese alguien quedará en el olvido, cuando es indispensable para que con la “responsabilidad civil subsidiaria” cobraran los reales propietarios de los 30.000 millones. Pero ese hilo para sacar el ovillo ya se rompió al inicio del sumario (en la hégira del Fiscal Jefe Vitalicio Carlos Jiménez Villarejo y su segundo José María Mena), cuando los perjudicados reclamaron, y ahora, y en este Juicio, solo cabía imponer las penas por apropiación indebida, falsedad documental, administración fraudulenta, delito fiscal, y estafa, a Javier de la Rosa Martí, y siete acusados más. Y desde el primer momento se les tratará con “guante blanco”. Y repito, comparar sus cuatro meses de cárcel con mis tres años preventivo en el Consorcio de la Zona Franca, o los trece años de sumario, con mis siete meses, y la traca final de los TRES AÑOS por toda petición fiscal y parte acusadora privada, y “borrón y cuenta nueva”, es de escándalo…pero si ni siquiera esos 10.000 perjudicados se echan a la calle… ni menos los 300.000 que gritaron a favor de JORDI PUJOL cuando la Banca Catalana… pues bueno…!a vivir que son dos días!... ¡Spain is diferent!...y la CATALONIA mucho más…ver www.lagrancorrupcion.com
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